jueves, 18 de diciembre de 2008

El cazador de vampiros

Cuando era más pendejo que ahora creía en los vampiros. Había leído algunos libros de Anne Rice y me pasaba ratos pensando en todo lo que podría hacer siendo vampiro. No hubiese sido problema no tener más vida diurna, total uno se acostumbra a todo a la larga como si fuese lo más normal del mundo. Pero sabía que aún cuando existiesen, podía pasar toda mi vida sin ver a uno, no me los imaginaba desesperados por hacerse conocer, al contrario. Y eso me angustiaba.
En algún momento tomé un viraje un poco más empirista, y eso incluía tomar cada creencia de cualquier persona en algo que nunca haya visto como un producto derivado de sus necesidades internas, arraigadas en su entramado psíquico en base a su historia de vida. A partir de ahí fue como tener la katana de Ockham y empezar a cazar a todos los mitos urbanos, a todos las leyendas folklóricas, a todas los héroes religiosos, a todo lo tomado como “sobrenatural”. No fue un proceso de introspección pacífico, fué una masacre. Básicamente se trató de prestar atención a las sensaciones que implicaba ocuparse de cada una de esas cosas, y deducir por dónde pasaba en cada caso el placer de desear que existiesen. Las personas en general tienen terror a considerar sus fantasías bajo este lente, se ponen nerviosas cuando entienden intuitivamente que todo su ratoneo trascendental es en el fondo una masturbación apoyada en “lo que la ciencia no puede explicar”. Muy conveniente. Es como cuando un adolescente busca refugio en la intimidad del baño para relajarse un poco jaja


Un día le llegó el turno a los vampiros. Se las hago fácil: deseo de inmortalidad (nada que explicar), identificación con la vida nocturna (aspectos latentes de la personalidad), atracción por la sangre por medio de la succión (rebrote del placer de cuando tomamos leche de una teta gigante para vivir, la sangre es una distorsión de la leche, el sentido de principio vital es lo que permanece), volar (voyeurismo en mi caso), ser convertido por una vampiresa muy pervertida (Ja!), fantaseo psicoquinético ... ya entienden lo que quiero decir. Ninguno de estos deseos es paranormal, y no es difícil entender que alguien tenga mucho interés en que existan los vampiros si disfruta tanto pensando en qué haría siéndolo. En el momento en que se hace claro que es mucho más simple y por eso más probable, explicar la idea del vampiro como un fantaseo que encaja con muchas aspiraciones que solemos tener los humanos, antes que como una especie efectivamente existente, el corte está hecho.

Éste es el punto donde golpeo siempre y con gran placer. Ni los vampiros , ni los extraterrestres, ni los santos, ni los ángeles, ni las sirenas, ni los hombres-lobo, ni Medusa, ni las ninfas de un estanque encantado, ni ningún dios soportan ese daño. Todos ellos caen…y adoro verlos caer.


Perdemos fantasías, pero ganamos algo mucho más interesante… porque esas necesidades siguen estando ahí, y reclaman una satisfacción que no necesita para nada de superpoderes mágicos. En vez de pensar que bueno sería, hay que retrotraer cada deseo hasta alguna fuente viable en el mundo físico. Lo más difícil no termina siendo aceptar alguna clase de inmortalidad cultural en vez de la orgánica, usar el simbolismo de la noche para hacer ciertas cosas, o disfrutar estéticamente de un cuello femenino. Lo más difícil es atreverse de una vez a hacerse cargo frente al resto de los humanos del deseo irrefrenable de exprimirle placer al cuerpo viviendo ciertas experiencias y sobrevivir al vacío que eso produce. Una y otra vez. Hasta la muerte. Yo te reto a hacerlo.


Imagen: "Hylas and the Nymphs", de John William Waterhouse

sábado, 22 de noviembre de 2008

La bicicleta

Hace un tiempo que mi bici venía dando señales de que necesitaba mantenimiento, pero yo siempre lo dejaba para después. Creo que lo primero fué acostumbrarme a no tener frenos delanteros "porque el problema es no tener los de atrás", pensé. Entonces una vez frené en la esquina de la plaza y me fui de costado... alcancé a largar la bici que raspó el asfalto, y yo me quedé parado mientas los transeúntes miraban la escena esperando sangre. "Cómo zafé, que grande". Pensé.

Y de a poco me fuí metiendo en esa actitud pelotuda de hacer de cuenta de que no hay un problema. Ya saben adónde nos lleva eso... y yo tambien lo sabía.

El único momento en que pensaba en esa bicicleta que no fuese mientras la usaba, era 20 minutos antes de entrar al trabajo, cuando ya no tenía lugar a arreglarle nada ni llevarla a ningún lado a que lo hagan. Un día estaba exactamente en esa situación de "qué mierda hago ahora que llego tarde", porque la rueda atrás estaba descentrada y tocaba contra la pastilla de freno, y a pesar de mis esfuerzos de ajustarle los conos no podía hacer que gire sin frenarse. Entonces tuve la idea de arrancar esa maldita pastilla que no me dejaba pedalear tranquilo. Soy un genio. Pero a pesar de que tenía cierta imagen de que la personificación de mi sentido común presentaba su renuncia, sentía una satisfacción salvaje por haber zafado así y poder hacer todo al límite. Así estuve un par se semanas, y cuando hacía la bajada atrás del supermercado mi adrenalina se elevaba. Cada viaje al trabajo era una tirada de dados donde sólo podía ganar la sensación de arriesgar todo y no perderlo. Bastante! Si tan solo los cristianos altruistas lo entendieran...

Y una noche volviendo a casa el eje trasero comenzó a hacer un ruido monstruoso. Supe que en cualquier momento la rueda podía atascarse y despedirme hacia el pavimento, pero no tenía ganas de caminar, y entonces pedaleaba aterrorizado, entusiasmado por la idea de llegar a casa en esas condiciones. Y lo hice. Al otro día me di 15 minutos adicionales para ver que podía hacerle a la bici, pero fué imposible resucitarla. Cuando vi algunos rulemanes esparcidos en el suelo, y aunque sabía que era como pretender revivir un pescado metiendole las tripas por la boca, los puse adentro del eje y ajusté las tuercas, y entonces la terminé de cagar, porque la rueda no giró ya de ninguna manera. Listo, era el límite, finalmente lo había encontrado. Cuando después de boludearme a mí mismo casi 2 semanas la terminé llevando a arreglar, el bicicletero arruinó mi presupuesto mensual: por haber usado la bici varias veces desinflada, la llanta de atrás quedó hecha un huevo, y hubo que cambiarla.

"Sí, definitivamente sos un boludo... y?". Y resulta que esos días sin bici tuve que ir al trabajo tomando un colectivo y caminando 2 km de paisaje monótono. Sería éste el escenario de mi iluminación personal.

Resulta que uno puede intentar salvarse de esa caminata tediosa haciendo dedo, a lo mejor algún coche de los que van a su barrio privado se apiada... pero mientras me encontraba caminando cerca del asfalto con mi mano extendida y el pulgar levantado, volteando la cabeza cada 5 segundos para poner cara de "daaale"... me di cuenta de todo el tiempo y energía que estaba perdiendo con ese intento de lotería. Me dí cuenta de que nadie me podía asegurar que alguien se copara por más esfuerzo que hiciese, pero que nadie podía quitarme un tiempo específico de llegada si me ponía caminar a paso firme y sin pelotudeos. De repente me alejé del asfalto y empecé a hacer eso, dejando al momento de sentir esa angustia y la frustración consiguiente a cada coche que seguía de largo. La sensación de serenidad incluso alteró la percepción del tiempo (o al recuerdo de esa percepción), porque cuando me quise dar cuenta ya estaba muy cerca. Al final llegué mas temprano a trabajar caminando que cuando iba con la bici.

Este hecho me resonó toda la semana, pensando en que tal vez encerraba la esencia del desperdicio que estoy haciendo con mi vida, y en que si me pongo las pilas para llegar adonde quiero llegar de una vez por todas, paso a paso como Mostaza, a lo mejor cuando me quiera dar cuenta ya estoy ahi.

Y así fué que ésta seguidilla de detalles pelotudos que acabo de relatar podrían significar un punto de inflexión en mi vida, el comienzo de una aplicación masiva de mi manera de ver las cosas a la vida real y cambiarlo absolutamente todo.


Imagen: sin título, de Joseph Mallord William Turner.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Pseudología


(un poco de reciclaje)

12 de diciembre de 2006, yo, James Smith, con bloc de notas en mano. Nicolas-Palette sentado en el sillon del living de su casa. Se sienta y toma un poco de agua, después me sirve un poco. Nos conocemos de entrevistas para anteriores posteos. Le pregunto que es de su vida amorosa. "No me gusta que indaguen en mi vida privada", lanza casi impertubable con las manos entrelazadas entre sus rodillas. Se queda pensando un poco mirando hacia el vacío a su costado y al cabo de unos segundos agrega: "...si te dijera no entenderías. Nadie podría...y tal vez sea mejor así...". Vuelve en sí como llevado por un deber y pasamos a la cuestión que me trajo a su casa.

JAMES: anticipó en nuestra conversación telefónica que quería presentarme su primer libro en exclusiva.
PALETTE: Si: "PSEUDOLOGÍA."
(Me alcanza un libro de tapa negro mate con carácteres en negro brillante, en ligero relieve).
J: Prometo leerlo. De que trata?
P: Sobre la gran mentira que es el mundo.
J: Podría desarrollar un poco esa idea?
P: Todo lo que se pueda concebir es una construcción mental. Partiendo de esa base, pedirle al cerebro que elabore una verdad es pedir facturas de dulce de leche en la ferretería. Ante la religión y la filosofía objetivista, la pseudología viene a decir al mundo que cada ser humano es un universo paralelo a todos los demás, que no existe el conocimiento verdadero, sólo estructuras útiles a los fines personales, conscientes o no, y siempre efímeros. No olvide que la histeria diagnosticada es la condición humana llevada a un punto peligroso. Creerse "sano" es solo una histeria sofisticada, legal, pero no indefensa.
J: Suena a desengaño.
P:Mas bien a engaño, otro engaño más. Es imposible ser honesto en el sentido estricto de la palabra. Cuando alguien quiera decir lo que omitió, estara dándose vuelta, sí, y dando a espalda a lo que antes tenía de frente.
J: Somos perros mordiéndose la cola?
P: me cabió.
J: No es que me convenza, pero para la gente que quiera saber más. ¿que queda por hacer una vez asumido que LA verdad no existe?
P: una vez que se entiende eso podemos otorgar a la vida el sentido consciente que más nos guste, frente al monopolio mental de las religiones (cierta parte de la ciencia se usa con metodos religiosos). Propongo que cada vida sea un lienzo en blanco para ser pintado por uno mismo, no por un tipo con sotana, ni un barbudo, ni una vieja, ni un tipo con delantal blanco y anteojos. Son moralistas: NO VIVEN Y NO DEJAN VIVIR.
J: El término "pseudología" a que viene en esta construccion suya?
P: A que cuando critico la mentira, supuestamente lo mío debería ser verdad. Pero no: es pseudo-verdad, una creencia. Lo asumo completamente, todo lo que dije es pseudo, por eso puedo decir tranquilamente que el mundo es pseudo, una construccion mental. Por supuesto ahora me creo más piola, asi funciona la mentira bien hecha.
J: Cual cree entonces que es su fin con este libro?
P:La pseudología quiere instaurar la primacía de las diferencias entre las personas. Creer que todos somos iguales es querer regir a todos por los mismos principios, creer que ser distinto es ser peor. De ahí nace la moral de la gente que odia a los gays, zurdos, lesbianas, nativos, negros, prostitutas, extranjeros, libertinos, pobres, ateos, anarquistas, mujeres... todos son o fueron odiados por el miedo de la gente en el poder, que sabía lo que estoy diciendo, y que incentivó su condena a través de la historia: apedreo publico de las prostitutas por los judíos, el Ku Kux Klan, la Inquisición, la Dictadura, el macartismo, el nazismo, la conquista del desierto...y más...
J: en su libro menciona a los "gedes" ¿cumplen algun papel importante para usted en su visión?
P: al gede no le importa nada, hace lo que el momento pide que haga, no le importan los peligros de su diversión. Es lo más subjetivo que existe, y en ese sentido no se miente careteando, queriendo quedar bien. Él quiere divertirse, su intencion real no es molestar. Pero las prohibiciones morales generan ese desborde. Cada tipo de dios genera un diablo en particular, y "si lo prohibido es ser gede, gede seremos". Es un síntoma, no un problema en sí mismo, aislado. Será que un librito rejunte de lo que DÍCESE QUE DIJERON unos tipos sabios hace miles de años es una de pseudo-verdad más creible para algunos que lo que tienen en frente... porque es demasiado doloroso de asumir.
J: a lo mejor dentro de 2000 años si usted tiene la suerte de tener una muerte trágica su libro es la nueva guía. Buena suerte Palette jaja!

Imagen: título y autor desconocido por mí.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Los regalos

A lo largo de la vida uno se encuentra en escenas indeseables. Tirando los ojos hacia arriba, la cabeza hacia atrás y contrayendo muchos músculos del cuerpo, contenemos la respiración para soltarla en un bufido de hastío. Nos preguntamos primero que tiene la otra persona en la cabeza para hacernos un planteo así, y mientras pensamos en eso para salir del paso también pensamos... "qué mierda hice yo para estar acá?". No me malinterpreten, en estos casos no se trata de adjudicarse parte de la culpa, sino de buscar de qué manera no previmos lo que iba a pasar para evitarnos un disgusto producto de la inmadurez ajena. Ante todo retrucar con la primer frase de indignación, implica seguir el juego y desperdiciar nuestro tiempo. Necesitamos una respuesta, tal vez una frase simplemente, que lleve a la persona enfrente a darse cuenta de que está haciendo el ridículo frente a nosotros y de que corre peligro de empeorarlo de manera legendaria, y eso sin que lo tome como una ofensa a su orgullo. El camino para ello consiste en que llegue a esa idea como producto de su pensamiento, que parezca su idea, y no en tener que aceptarlo directamente de nuestra boca. Hecho esto la persona de repente cobrará una especial disposición para abandonar el terreno, a lo que no debemos oponer ninguna resistencia. Pasado el peligro podemos sonreir satisfechos.

Una clase de persona especialmente propensa a crear estas escenas es la que no sabe regalar. Se supone que cuando uno hace un regalo resigna todo poder de decisión sobre ese objeto para dejarlo en manos del agasajado, pero estos personajes nunca aprendieron a desprenderse de algo, aunque no por eso eviten regalar cosas a sus seres queridos. El aparente misterio se resuelve cuando entendemos que si eso no representa un conflicto para ellos, y es que deben encontrar alguna satisfacción en generar la sensación de que les debemos algo, y no importa qué, solo les importa en el fondo la sensación a la que son adictos. Nunca desaprovechan la oportunidad para recordarnos ese excelente presente que nos hicieron y lo mucho que les costó, ni para hacernos los reproches mas asquerosos si descuidamos ese regalo en cualquier sentido. Claro que la satisfacción de la que hablo no es de la que sea fácil reconocer abiertamente, ante todo se trata de un placer que ellos mismos saben despreciable y vergonzoso, y ese punto es el que hay que hacerles sentir en peligro de ser expuesto de manera monstruosa. Incluso tal vez uno entrevea este entramado suyo mas claramente que ellos mismos, pero sea lo que sea que los seres humanos hagamos inconscientemente en el sentido freudiano (subconscientemente para otros), de la misma manera podemos hacer lo que sea necesario para defenderlo, y por eso no debemos subestimar a estas personas: monos con navaja, precisamente, con navaja.

La cagada con poder verlo así es lógicamente una repulsión a regalar durante un tiempo, porque como me dijo Damián hace unos días "che es una cagada que por eso de hacernos los no me importan los regalos, no nos regalemos cosas". Y tiene razón. Es lindo regalarle algo a alguien pensando en que le guste o lo necesite, saber que esa persona va a tener una sensación copada causada por nosotros, y no esperar nada más que precisamente eso. Para qué pedir más? Uno hace esas cosas en el fondo porque nos gustaría estar en el lugar de esa persona, y es una buena manera de ayudar a que sea asi haciendo eso, pero para que sea REAL está absolutamente prohibido hacer cualquier reclamo al respecto, la onda es que le surja a la otra persona como nos surgió a nosotros. Que gracia tiene sino? Pero esta gente no puede superar que la vida es así, que el otro no se complementa necesariamente a nuestro deseo, entonces invade terrenos de decisión. Invade a cada persona que interviene en algo que no resulta como quisiera. Pero a mí no. Eso me es sencillamente inadmisible, y por eso lo hago extremadamente difícil.

Imagen: título y autor desconocido (se acepta informacion XD)

sábado, 8 de noviembre de 2008

Sobre el lenguaje y las cortinas de humo


Siempre me causó curiosidad la etimología de las palabras en general, pero una y otra vez caí en la cuenta de que siempre para cualquier explicación necesitamos más palabras. Eso no me sacaba mucho de los problemas en realidad: no existe ninguna explicación autosuficiente. Pero eso no evita que cuando yo te diga "hola" me entiendas, entonces debía ser mas simple. Pensé.
Pensé que antes de cualquier cuestionamiento a la validez del lenguaje como poder de entendimiento, estaba el hecho innegable de que antes de poder siquiera dudar de si funciona o no (mucho antes!) lo estuvimos usando. Sentí que el ser escéptico respecto de que los seres humanos puedan entenderse implicaba morder la mano que nos alimentó todo ese tiempo. Y no sólo eso: en el preciso momento en que hincamos el diente en la validez del lenguaje esa misma mano no deja de alimentarnos para que podamos decir "saben qué? no creo que el lenguaje sirva de algo". Y la verdad que a mi no va ese histeriqueo de hacerse el interesante, me dan ganas de vomitar el tan sólo imaginarme en una reunión, estirando la silla hacia atrás para decir con tono pseudosofisticado: "señores, tengo la convicción de que no entienden ni una palabra de lo que les estoy diciendo en este momento". Siempre pienso que esa gente debería quedarse callada para ser coherente, lo que no me molestaría para nada. En teoría alguien así no debería ni siquiera quejarse si le pisamos el pie... y ustedes se preguntarán qué clase de persona puede plantear algo así.

Pero yo miro, y mirando aprendí a oler a la distancia a cierta clase de personajes despreciables... los detecto tan infaliblemente como cuando se sabe que alguien va a decir algo estúpido, queriendo parecer que sabe, cuando antepone frases como "todo lo que es el/la"o "el tema de" (ej. "me gusta -todo lo que es- el arte", "me interesa -el tema de- el medio ambiente") abarcando todo para no errar, y por eso mismo incapaces de acertar en nada. Ambas expresiones sobran en cualquiera de ambas frases, como pueden verificar, pero uno sabe perfectamente por qué: es que esa persona durante un tortuoso segundo no sabe qué palabra usar, y como su narcisismo no le permite dejar al descubierto su ignorancia, necesita llenar el vacío con algo que le deje llegar adonde quiere que creamos que su conocimiento llega. "Ya que estamos -piensa este espécimen superdotado- puedo no sólo hacer pasar desapercibida mi ignorancia, sino además poder parecer en ese momento más inteligente". Por supuesto el crédulo siempre completa el trabajo diciendo "a mi también me gusta ese artista! y tal otro?". El impostor asentirá con la cabeza buscando en el secreto de la quiromancia (que no está para nada en la lectura de manos) las palabras que lo acerquen a poder seguir la farsa, y si espera que el tema se repita en el futuro, al llegar a su casa buscará por Internet la vida y obra del artista en cuestión, sin jamás mencionar este último detalle, claro está.

Por supuesto está ese capítulo de los Simpsons donde la mesa directiva discute la necesidad de un nuevo personaje en la serie de Tomy y Daly (Poochy), y la ejecutiva de pelo corto usa con énfasis ciertas palabras. Cuando Krusty le sigue el juego interrumpe un tipo con rasta sentado a la izquierda, sombrerito verde, anteojos y chivita diciendo: "disculpen, pero términos como «asertivo» y «paradigmático» no son los que usa la gente estúpida para parecer intelectual?... estoy despedido no?", y el jefe le dice que sí. Ese día supe que tenía un héroe y con mis amigos en la secundaria recordábamos esa escena riéndonos hasta el dolor de panza y los ojos llorosos.

Por alguna razón hay personas que no se permiten mostrarse humildes y sinceros frente a los demás, buscando siempre poder sentir que dieron al otro una impresión mejor que el pobre concepto que tienen de sí mismos, y por eso mienten, mienten asquerosamente. Yo obtengo una gran satisfacción ejecutando ciertos gestos que les hacen pensar que tal vez soy consciente de lo que hacen y por qué, y mejor mientras más pueda estirar su angustia por su incertidumbre en este punto.

Imagen: "Soir Blue", de Edward Hopper

jueves, 30 de octubre de 2008

El problema con el creacionismo

Hace un tiempo se viene escuchando eso de que el creacionismo, bajo el nombre marketinero de "diseño inteligente", sería una opción científica más que como tal merece la misma estimación que las demás teorías, particularmente que la teoria de la evolución de Darwin. Los puntos por donde esta pretensión puede descuartizarse son varios, pero repasándolos de a uno ninguno me reportó más placer que el siguiente.

Supongamos que vos y yo nos acabamos de conocer. Nos estrechamos la mano, y después de intercambiar un par de frases estúpidas te digo "todavía no te conozco, y me pregunto que clase de persona sos", y acto seguido comienzo a considerar las posibilidades. Rápidamente una serie de calificativos acuden a mí como posibles opciones adecuadas para describirte, y te voy cantando en voz alta las candidatas: pelotudo/a, idiota, ignorante, superficial, garca, inútil, tarado/a, psicópata o copado. Entonces te digo "todavía no puedo saber, pero tengo que considerar todas las posibilidades me entendés?". Tu orgullo ofendido sería el primero en detectar que algo debe andar mal, y echando mano a la razón un poquito identificarías lo tendencioso de mi criterio para elaborar mis hipótesis. Ése es el punto. Te das cuenta de que algunas opciones se superponen con otras, y que al ignorar eso las posibilidades de que seas una persona indeseable estan 9 a 1 en tu contra, y de que eso es terriblemente injusto. La razón rápidamente saca su informe como la impresión que sale de una impresora primitiva de una supercomputadora de los 70 (si, con timbre de "está listo"): la simple enunciación de una posibilidad no le da a la misma una igual validez que a otra sólo por el hecho de ser enunciada. Perfecto, lo hiciste muy bien. Y yo ya tengo lo que quería.

Entonces se admite la necesariedad de que una posibilidad contemplada merezca validez por su comprobación lógica y empírica, solo así podría prevalecer frente a todo el resto de posibles enunciaciones (infinitas por lo inconmensurable), es decir, que para decir que sos alguien idiota pretendés que te dé la oportunidad de ponerlo a prueba. Ése es el proceso que me llevaría a entender lo copado o copada que sos, que descartaría las otras 9 variantes y dejaría en pie a la más adecuada.

A este recurso que referido a tu persona te es tan fácil tirar a la basura, pensálo ahora para la educación primaria, imaginandolo como dividida entre clases donde se les dice a los pibes que la vida se originó desde los microorganismos mas simples que surgieron de un fenómeno químico, y otras donde se les dice que hay alguna clase de inteligencia superior que la diseñó y la creó. ¿Aceptarías además otra clase donde se dice que el mundo proviene de un pedo que se tiró un extraterrestre gigante, además de otra donde dice que todo está explicado en un libro que escribió Menem después de un sueño muy vívido? Seguís pensando que todas las opiniones merecen los mismos derechos? Y la razón a que apelaste antes con tanta indignación? jajaja

Imagen: "What use", de autor desconocido

jueves, 23 de octubre de 2008

De qué hablamos los hombres?

Bueno yo les voy a decir de que hablamos los hombres en mi caso.

Siempre nos juntamos en lo de Eze y ponemos la tele mientras criticamos lo que sea que este en la pantalla a menos que sean los Simpsons o Futurama, repetimos ciertos chistes hasta el cansancio y les agregamos cosas nuevas. Tambien hablamos de minas e imaginamos historias ridículas, a veces cuando el novio de Guada trae la play jugamos unos partidos, y mas o menos tratamos en medio de todo eso contarnos cosas sobre nuestras vidas y cada cosa que contamos se puede volver el centro de una discusión, por ejemplo Damian me da un consejo, yo me pongo en orgulloso y no quiero reconocer que me equivoqué y busco una justificación filosófica.
A veces nos ponemos a recordar anécdotas, y si alguno de nosotros está mal por algo nos ponemos en posicion de "qué podemos hacer" y tratamos de hacer el aguante. Constantemente nos quejamos de cómo esta el mundo, y defenestramos a toda clase de personajes nefastos que andan por la vida creyéndose piolas, y siempre peleamos con el hecho de lo difícil que es no sentirse parte de la cadena de cagadas que es el mundo. Ahí meté la religión, la política y algun que otro intento de economía donde Yayo, el padre de Eze siempre tiene algo para decir donde busca impresionar con su experiencia (y tiene cierta facilidad para hacerlo).
Tambien hablamos de musica, casi siempre asintiendo todos ante una frase como "todo bien con los Rolling Stones pero me caben nada mas algunos temas lentos, el resto se puede obviar", hasta que alguien dice algo como "Tool es terrible banda" y otro dice "nada que ver" y ahi empezamos.
No sé, hablamos de muchas cosas, algunas cosas me doy cuenta de que reinciden y otras no tanto. Otras surgen en ese momento y tal vez nunca se repitan.
Y cuando veo la imagen que se tiene de lo que supuestamente hablamos los hombres me doy cuenta de que nunca me va a alcanzar la imaginacion para hacerme la idea de qué hablan las mujeres. Cada célula es un universo, por ende cada mujer es potencialmente un universo entero e impredecible, mas allá de que a veces ambos, hombre y mujeres lo seamos tan patéticamente.

Imagen: "El picnic", de Edouard Manet

viernes, 17 de octubre de 2008


Sin alma no hay religion, porque implica alguna clase de existencia que trasciende lo que nos muestra la biología, para poder hablar de castigo y premio a la conducta en la Tierra, esto es, cielo e infierno. La neurofisiologia muestra que las sensaciones que el religioso asocia a lo celestial o infernal son terrenales, y ademas que esas sensaciones implican 2 hechos: el bienestar emocional [felicidad] y el dolor eterno son imposibles, porque las sensaciones implicadas cada vez se sienten menos hasta desensibilizarse del todo y volverse la norma, y si no fuese así no estaríamos acá. La Teoría de la Evolución dice que un ser que no sufre no puede distinguir lo que es perjudicial para su vida y por lo tanto no sobrevive, asi como el que no puede obtener satisfaccion alguna no puede distinguir lo que es beneficioso para su vida y por lo tanto no sobrevive.
Sea cual sea el valor cultural de la biblia, toda religión que busque usarla como sustento lógico está destinada a perecer cuando da por cierto lo que dice Darwin, es decir, que la vida comenzó como microorganismos. Cuando se dice Ciencia vs. Religión no se dice por nada. Hay bardo.

Imagen: "La tentación de San Antonio", de Felicien Rops

viernes, 3 de octubre de 2008

Femenino y masculino

Si se dice que las hombres son mas infieles porque supuestamente podrian cagar mas facilmente a una mina con otra que simplemente les caliente, mientras que las mujeres tenderían más a ser infieles sólo si aman a otro hombre, hay que pensar en lo siguiente.

El hombre querría amar a una sola mina, pero cojerse a todas las que lo calienten. Eso significa que su corazón es fiel, la verga no. El hombre sería fiel al amor que tiene por la mina.

La mujer se sentiría más tranquila cagando al novio pensando que el amor es una justificacion mayor, como si con eso estuviese contribuyendo a la paz mundial o la cura para el SIDA. La mujer sólo sería fiel al amor, venga de donde venga.

Esto nos lleva a pensar que lo correcto es solo un agente psíquico que para ser pisoteado sólo precisa ser confrontado por una fuerza de mayor envergadura. Eso nos lleva a pensar en cantidades, y eso significaría que no existe el alma tal como la concibe la religión. En el caso de la mujer, para mí esa tendencia "romántica" está construida por su historia de vida, de ahí que haya casos donde se comportan según dicta el principio 1, tradicionalmente masculino (y a la inversa, hombres actuando por el principio 2, femenino). Eso también lleva a descartar el alma, porque si lo que hacemos y decimos está construido de esa manera (ej lo femenino y lo masculino)... ¿Que clase de sentido tiene pensar en alguna clase de identidad espiritual precedente a la gestacion biológica que no tiene ninguna relevancia para lo que somos?

Los que se adhieren al psicoanálisis tienen como premisa básica el que nuestro aparato psíquico está construido por nuestra historia de vida... Ahora se entiende por qué un psicoanálisis cristiano es absurdo? jajaja

Imagen: "Dandy ebrio", de Felicien Rops

viernes, 12 de septiembre de 2008

La orgía prometida

Hay una historia de larga data con las orgías justo antes del fin del mundo. Parece que habría alguna clase de conexión hoy en día con algunas prácticas ancestrales. Se sabe que en algunas civilizaciones europeas de tipo celta, antes de la expansión del imperio romano se practicaban "rituales de fertilidad" ante determinadas cirnscuntancias de tipo astrológicas (equinoccios, eclipses , etc). En ellas se honraba a la fertilidad, generalmente personificada en la figura de una mujer-diosa (función que podía ser además representada por alguna mujer en caracter de sacerdotisa). Y resulta... que parece que al menos en algunos pueblos la variante del ritual, tal vez su forma mas genuina, era una gran orgía de todos contra todos. No era casualidad entonces que muchas mujeres con esposos infértiles (por ejemplo muy mayores) quedaran embarazadas ese día... Una manera mucho más activa de hacer rendir los frutos de la oración que la que conocemos por estos días no? jaja (como el chiste ese del pibe con ojos rasgados que le pregunta a la madre afro por qué no se parece a ella ni al padre rubio, y la madre le dice "mirá con la que se armó ese día agradecé que no ladrás..."). De acá se desprende mucho del fundamento de que a ciertas personas les obsesione el la cultura celta, los druidas, las brujas, etc. En el fondo a lo mejor fantasean con una comunidad donde las orgías sean una necesidad reconocida, y así poder ligar sí o sí, en vez de que sea un tabú morboso teñido de obscenidad.

No queda claro hasta qué punto sabemos por qué hacemos ciertas cosas pautadas socialmente, aún cuando tengan una función delimitable desde la observación antropológica (en este caso favorecer la procreación del pueblo en cuestión), por lo que lo más probable es que no podamos restringir todo a una sola generalidad, sino que mientras algunos individuos dotan efectivamente de espiritualidad a los rituales (el que cree que su dios se materializa de posta en el pan de la hostia), otros se apegan a ellos sin esa intensidad, pero con un sentido práctico igual de útil para las instituciones tradicionales (una solterona metiéndose en un convento, un sacerdote de familia pobre buscando ascenso social, etc). Así, no puede descartarse ni al que se prendía a las orgías por hedonismo, ni al que creía que así entraba en profunda comunión espiritual con la diosa. Esta variable no afecta el producto: una terrible partuza.

Sabemos también que la manera en que eran vividos los eventos astronómicos importantes en culturas ancestrales tenía un sentido vital para la comunidad (otra vez, sea espiritual o práctica, por ejemplo con las cosechas). Y hoy día muchas de esas tradiciones llegan a nosotros tergiversadas y moldeadas por su subsistencia al margen del culto oficial (tanto en la conquista de América como en la Europa romana, hablamos de la imposición del cristianismo). Pero de alguna forma llegan. Tal vez cuando se habla del fin del mundo se habla más que del fin de una etapa importante. Atención al mecanismo:
1-al creer que cuando pase algo ("X")el mundo cambiará, nos predisponemos a cambiar cuando se de la señal.
2-llegado el momento pasa "X" (ej: eclipse, alineación planetaria. tormenta, etc), actuamos en consecuencia y cambiamos nuestra forma de actuar.
3-el ambiente cambia por el cambio en nuestra conducta y lo atribuimos a otra cosa, efectivamente porque para que todo esto suceda se necesita la fe de que lo que hacemos no es producto de nuestra voluntad, sino que se cumple alguna especie de plan divino.
4-ya podemos decir que la profecía se cumplió, sin hacernos cargo de nuestro papel (protagónico y exclusivo), sin culpa.

Pero esto funciona si uno cree sin dudar, y uno ve hoy a la gente mirando el momento en que está predicho que pasa algo... los ve esperando la llegada del 2012 onda... "a ver??". No se dan cuenta de que no va a pasar nada que no venga de nosotros mismos, porque ese es el origen y la unica funcion de las profecías en nuestro desarrollo como humanos. Va a pasar lo mismo que pasó en el 2000: NADA. Pero no aprendemos, repetimos sin entender, destapamos la caja una y otra vez buscando algo que jamás va a aparecer... a menos que lo pogamos ahi antes, claro.

Por eso creo que hay mucho de nuestras raíces a la vista cuando se habla del fin del mundo y de orgías. Y siempre me pregunto... ¿Hace falta sentir que se va todo a la mierda para que cumplamos la fantasía?¿Por qué la cercanía de la muerte nos puede liberar de todo pudor?

Imagen: "La balsa de Medusa", de Théodore Géricault

jueves, 11 de septiembre de 2008

El árbol de la ciencia del Bien y del Mal


Me choca realmente que no pare de ver por todos los lugares donde se publica algo sobre esto las frases "partícula divina", "máquina de dios", etc.
La existencia del bosón de Higgs nos acercaría a entender como se inició el universo, o al menos cómo era hace miles de millones de años, de ahí se dice que sería como entender la manera en que un tal dios creó el universo. Entonces se la llamó irónicamente "la partícula de dios", como si el conocerla mejor fuese acercarse a un conocimiento prohibido, y al hacerlo, le estaríamos arrebatando el poder de "crear" al supuesto ser supremo. Los medios no desaprovechan esta oportunidad de usar el miedo de la gente para meter sus productos, y no paran de usar estas expresiones religiosas, y uno tiene que escuchar los mismos comentarios por todos lados: Nostradamus, profecias, agujeros negros... que vergüenza.
Otra vez el mismo cuento del árbol de la ciencia del bien y del mal, las mismas advertencias de muerte para los que quieren ser iguales al dios... Basta. Lo peor que podemos hacer es teñir a este acontecimiento plenamente científico de un tono religioso, es decir, de nuestros miedos a lo desconocido, dejando en evidencia desvergonzadamente todas las cosas de las que nos tratamos de convencer cuando tenemos miedo y no queremos quedar como miedosos. Entonces sí, buscamos rumores, sean los que sean, que nos apoyen en nuestra mediocridad supersticiosa de que el mundo se viene abajo. EL juicio final cristiano, el calendario maya...déjenme de romper las pelotas. Si el mundo se termina es por nuestra culpa, no por ningun designio de ningún dios como para que podamos decir que no tuvimos nada que ver.
Hace mucho tiempo las investigaciones eran clandestinas y la gente curiosa era llevada a la hoguera. Ahora los científicos tienen más libertad y poder, pero no pueden evitar fruncir el ceño cuando ven a la turba iracunda que somos agitando las antorchas del miedo...

Imagen: pintura sin título de 1974, de Zdzislaw Beksinski

martes, 1 de julio de 2008


La lluvia no cesaba. El que siempre lee sentado en el sillón al lado de a mesita del velador, leyendo. El orador miraba el fuego arder parado como si esperase a ser retratado por mano maestra, y el del pecho oprimido miraba por la ventana, al menos hasta donde se podía ver, con su mano apoyada al vidrio. Fué este último quien perturbó la sala, inquiriendo:
-Una pregunta.
El que lee siguió leyendo, el gran orador permaneció atento a la marea de las llamas en el hogar.
-Una pregunta es, siempre y al principio, una amenaza.
Ahora había atraido la atención del que lee, que lo miró de reojo, y el orador tal vez paró la oreja.
-Una pregunta debe ser, por eso y ante todo, neutralizada. Atendida correctamente es enmarcada según su contenido y asimilada. Cada una de ellas una vez dominada yace así como trofeo de guerra y collar de colmillos, el sistema se muestra apto, y fortalecido busca probarse cada vez más, a la caza de nuevas presas a refutar.
El que lee pestañó extrañado y apoyó el costado de su cara en la mano mirando al que había hablado. Se preguntaba si aquél se daba cuenta de hacia adónde estaba yendo la cosa. No lo interrumpió aún, no tardaría en hacerlo.
-Pero... no puedo dejar de pensar que esto no tiene mucho sentido, siempre hubo preguntas que... se me demostraron indómitas, demasiado salvajes, pasajes directos al infierno. Y caigo.
-Es lo que toda teoría hace, buscar su alcance. Cada expectativa encuentra eventualmente su Némesis, por definición. Usted cae mas allá donde su frontera no lo resguarda del caos, y no hace otra cosa sino olfatear esos abismos, una y otra vez.
-Pero descubrí algo. Una vez que el vértigo cede y la mirada se acostumbra la verticalidad también cede. La pregunta había de ser esta vez dominada de un modo completamente diferente, haciendo de la pared que observa impasible nuestra precipitación nuestro nuevo suelo.
-Usted domina visceralmente ahora la gravedad de su ser. Bien hecho.
El que leía sonrió suavemente a su interlocutor al celebrar su avance. El orador permanecía en su pose pero dilató sus pupilas, como si las flamas le hubiesen revelado un perfil esencial e irrepetible en su danza.
-Hay algo en todo esto que no termino de entender y me inquieta... Si mi centro de gravedad siempre habrá de cambiar... Adónde voy?
-Recuerde cuando la muerte fué vencida esa vez. Volaba en círculos sobre su cabeza y lo enredaba en susurros. Usted comprendió la fábula del mago de Oz y tumbó al fantasma. Abatido el monstruo, vió la oportunidad de colocarse la máscara de la muerte. Se convirtió en su peor pesadilla usando el conocimiento del-otro-lado-del-espejo y dando pinchazos. En esto yo veo una linealidad perfectamente lógica, pero ya sabe, yo leo. Usted viaja. Y para hacerlo bien no habrá de saber bien nunca lo que está por venir.
El estómago del viajante se revolvió, y bajó su mirada. Recordó y asintió con la cabeza.
-Lo que me trajo hasta este lugar donde los 3 estamos ahora es la supervivencia y el orgullo.
-Aquí usted puede escudriñar los enigmas de la neblina metódicamente. Observe cómo llueve ahí afuera, y observe a la par el fuego ardiendo a salvo y al orador encandilado con él. Todo esto lo ha conseguido en gran parte gracias a su ambición de un sistema cada vez mas operativo y versátil. Estable a su manera, es decir, necesariamente inestable.
El orador hizo su entrada y demostró haber oído todo. O al menos poder aparentarlo. Arrojaba al aire una y otra vez una moneda de plata.
-Muchas preguntas lo han obligado ya a una casi completa reformulación de lo anteriormente adquirido y tenido por seguro, y se siente capaz de acariciar bestias en las que otros no osarían fijar la mirada. La gente se conforma con mucho menos que usted para hacer su vida, y usted es capaz de destruir todo de sí para acobijar nuevas verdades. En esto hay más que una defensa del medio, hay un deseo irresistible de saber. Poniendo de rodillas a los gigantes, ubicándose en el centro de las tormentas, riendo ante los improperios y miradas de disgusto. Usted monsieur no ha sido guiado hasta aquí sino por ese instinto de curiosidad irrefrenable.
Y al decir esto el orador dejó caer en su mano la moneda y mantuvo cerrado su puño.
Inquieto se encontraba entre dos versiones de explicación acerca de su búsqueda, y miró alternativamente a ambos: al que leía, que lo miraba sentado serenamente con la cara apoyada en la mano, y al orador, que erguido lo miraba persuasivamente y ofreciendo en su mano el enigma en su naturaleza pura. Fué este último quien con sonrisa burlona lo sacó de su dilema:
-Ambas verdades estan contenidas en una sola monsieur, no se angustie. Decir una es insinuar la otra. Usted cometería una injusticia siempre que se decantara por una u otra posibilidad, antes mantenga las dos en suspenso y aprenda a hacer de la cuerda floja su mejor garantía.
-La de este caballero es una versíon diría pornográfica del gato de Schrodinger, pero a juzgar por la expresión en su rostro parece haber servido a su fin. Es el resultado de que todos los recursos de su universo estén a su disposición, no descarte nunca ninguno-. Acotó el que lee.
Un lazo indisoluble se dejó ver entre ambas figuras, a la vez que la necesidad de que ambos permanecieran esencialmente definidos en su papel. Eso no evitó el intercambio de sonrisas. El que lee volvió a leer. El orador volvió junto a su fuego. Y el viajante volvío a salir. La lluvia ya no lo molestó.

Imagen: "Anibal cruzando los Alpes, Tormenta de nieve", de William Turner"

sábado, 31 de mayo de 2008

Un tipo entra cerrando la puerta con rabia apenas controlada. Otro lo contempla llegar desde el sillón, nada sorprendido, pero deja su lectura a un lado. El recién llegado comienza a sacarse el sobretodo mojado...en cada gesto coloca su descontento. El comienzo se hace obvio.

-Estoy cansado.
-¿De qué?
-De que la gente no diga la verdad, de que YO no diga la verdad...
-¿La verdad?
-No somos sinceros. ¿Por qué no somos sinceros? ¿Por qué nos cuesta tanto serlo?
-Como si no supieras. Me irrita tu queja tan oportunista. Ayer de esto nada sabías. De repente hoy el mundo está equivocado.
-Pero ¿Cuándo dejamos de lado la verdad tan sencilla que podemos sentir a cada momento, que estaría ahí brillando sino fuera por...? esa peste...esa voz...
-Es fácil echarle la culpa al destino. Ni siquiera ahora estás siendo sincero.

En el preciso momento en que el tipo sentado terminaba de disparar su frase, el otro colgaba su bufanda en el perchero del vestíbulo, y se detuvo unos segundos de espaldas. La mirada de protesta se volvió personal.

-¡Qué fácil es decir eso para el que lo ve todo! ¿Si ves todo como no anticipaste lo que iba a pasar?!
-Estás malentendiendo los hechos. Para empezar no fuí nunca yo el que te aventuró a romperte la nariz contra la pared. Pensaste que era tán facil. Iluso. Ahora todo está perdido. Y bien, a otra cosa (retomando su lectura de la mesa del velador a su costado).

Por un momento el que protesta le clavó a la figura sentada una mirada de indignación que se desdibujó progresivamente hacia una inexpresividad mortuoria... ¿Quién podría adivinar que había detrás de tal súbito palidecimiento? El hombre sentado levantó su mirada, y de la oscuridad del otro lado de la sala una figura se acercó. Caminaba con porte y gracia, sus ojos brillaban y sonreía plácidamente. Su aspecto era impecable. No tardó en hablar y acompañar su discurso con diestros ademanes.

-Como puede ver monsieur, usted lo ha malentendido completamente. Su búsqueda desquiciada de la verdad no le dejó ver que la mentira tiene su sentido que hay que saber captar. Deje de ver engaño, vea mensajes cifrados. Véalo en usted: su crítica a la hipocresía no es sino una súplica para ello. Para nada un genuino intento de cambiar las cosas, antes la afirmación más grosera de que el mundo está legítimamente establecido tal como está. Y usted se declara fuera de juego, en el preciso instante en que sacude los puños ante el portal de un mundo al que aún no accede. Pero lo hará, ya nada le impide desempeñar su papel.

Primero hastiado, luego encolerizado, ahora desvanecido...nuestro hombre ya no miraba a su alrededor. Finalmente se incorporó y exhaló un suspiro. Sus mejillas recuperaron un tono suave. En ese momento las miradas sellaron el acuerdo entre los tres, ninguno necesitó decir más.

Imagen: "The Art Nouveau Room"by Crtomir Just, Slovenia

martes, 27 de mayo de 2008

De profundis clamavi

A la mañana, al abrir los ojos, algunos segundos de ingenuidad...y llega. Mas tarde mirando la ventana proyectando el deslizamiento lateral..y ahi está. Miré a un anciano a los ojos, ahí también estaba. Un nene de menos de un año se me quedó mirando, pero él no, no podía saber. O si?

Bajé. Caminé. Esa chica también, igual que el tipo que arrancó tediosamente su coche al cambiar el semáforo. Todos y cada uno tenían la misma carga en el hombro, la misma pesada voz pegada a la oreja, la misma gravedad en la mirada... todos estabamos anhelando algo indecible, incapaces todos de pronunciar algo más acerca de eso que tragar saliva y mirar hacia adelante.

En la garganta. En el pecho. Gritando desde el otro lado del vidrio, aunque no llegue sonido alguno. El cuervo revoloteando, su graznido se oye como sentencia anunciada. Me pierdo otra vez entre las nubes, de repente me da tanto sueño...

miércoles, 21 de mayo de 2008

No fue que no viera desde el principio las redes, tampoco fué que creyese ver alguna especie de señuelo en la entrada que me engañase...

Fué en lo perturbador de tu mirada maliciosa, en tu silencio tan hipnótico que reconocí la esencia de lo terrible, exhalas ese perfume tan venenoso...

Ahora estoy en el medio del enredo que dejaste que tejiera...lo tejiste vos? Hábil. Pero no es el fin lo que me en verdad me aterra, si nada más deseo que morir en tu boca...

Me asusta el que estés dudando, al tiempo que enredas tus cabellos riendo, en dejarme asi, sin darme una mordida...
Imagen: "La música I", de Gustav Klimt

martes, 20 de mayo de 2008

Caida libre

La respuesta verdaderamente buscada está contenida en la pregunta, lo que cuesta no es tanto saber adónde nos lleva, sino tener el corazón para subirse al carro maldito. Es en la aceptacion de que no sabemos dónde mierda estamos, es en la completa incertidumbre cuando llegamos al auge de la preparación para entender (aunque sea eso lo que menos veamos en ese momento), donde estamos ya vulnerables para reconocer lo que ya estaba en nosotros. El conocimiento como camino por el cual podemos reconocernos, las preguntas como los aguijones, como piedras en el zapato que se reproducen, como cables para tirar y romper el yeso de la pared.
El remedio para no ahogarse es dejarse caer hasta el fondo, que el agua entre en los pulmones, morir. Tocar fondo no es una eventualidad indeseable, es la condición para llegar. La caída se apresura, el vértigo raya en la fascinación, lo único que nos detiene es, a la vez que esa pregunta nos corroe, no animarse a correr el conejo hasta la boca del lobo. Así quedan esos espectros intermedios, mero decorado fundiéndose con las paredes de la escalera en espiral que no necesitamos, tenemos prisa. Caída libre.

Toda duda es búsqueda de certeza ¿Por qué habríamos de trabajar tanto para no degustar del fruto de tanto insomnio y sudor de vez en cuando? ¿Ahora que te gusta el fondo no te gusta volar? Pero yo siempre doy vuelta mi reloj de arena, ahora queda llegar a lo más alto para caer mejor.

La mosca en la botella hizo de esa botella un mundo. Y en ese mundo reinó.

lunes, 19 de mayo de 2008

Mirando extasiado los juegos de Safo, entre la inocencia y la perdicíon, la mente corrupta, las pupilas contraidas, y en el medio mi alma... toma tiempo destilarlo, toma tiempo entenderlo, y mientras respiro y vibro...suspiro.
Cada sorbo de sueño me prepara, cada destello me señala, cortinas que se corren, silencios se insinúan, y detrás siempre la niebla, oscilando...

Todo se está desdibujando, el gris ya no puede ser sólo gris, la muerte cae rendida, fin del acantilado.

Preguntame lo que quieras, yo te puedo decir más de lo que estás buscando, puedo decir demasiado.

martes, 6 de mayo de 2008

Deambulando a tientas por los senderos, evocando en cada paso momentos difuminados, sin que pudiera retener ni explicar ninguno. Levantaba del suelo pedazos de cosas, las encontraba asomando bajo las plantas de mis pies y colgadas de las ramas de los árboles. Qué desastre...la disposición de los jirones de algo que había sin duda explotado o arremolinado me guiaba hacia adentro, y por indicios inconfesables tragaba cada vez más saliva, todo me era cada vez más familiar...llego al epicentro, una casa abandonada, al mismo tiempo un colegio, a la vez un templo, todos incrustados cruelmente en lo que jamás fueron. Alrededor mas restos salvajemente dispersos. Ahora sí ya era evidente que algo terrible había sucedido. Entro.
Por ninguna parte restos humanos, y a cada paso en puntas de pie una tabla cae o se queja un chirrido. Huecos en el techo delatan al atardecer, cada crujido resuena adivinado, cada rincón es espectralmente y por momentos llenado. Cuando puedo reconocer las escaleras rotas y las puertas desencajadas comienzo a entender quien había destruido todo, quién se había un poco destruido a sí mismo. El polvo, los escombros y tablones viejos y apilados ya no me impiden sentir algo que animó o anima el lugar. En medio de la sala flotando entonces un pálido reflejo de algo ya no humano y tal vez más humano que todo, mirándome y no mirándome a la vez, vaga presencia que detona en la boca de mi estómago y sube hasta mi garganta. Ya reconocido como pleno autor del huracán, recuerdo que vine a buscar...lo que se había formado, y lo tenía delante mío...
En el mismísimo instante en que lo entiendo todo, el espejismo se esfuma y me encuentro volviendo al afuera, porque así funcionan estas cosas, ningún sueño se revela del todo a menos que sea a costa de sí mismo.

Imagen: "Laberinto", de Leonora Carrington

jueves, 1 de mayo de 2008

Preguntas

Recuerdo haber preguntado temprano por lo que me rodeaba, recuerdo que tenía tanta curiosidad...recuerdo haber empezado a recurrir temprano a fuentes de información documentadas, recuerdo que no me convencían las explicacionbes que las personas se daban a sí mismas sobre las cosas que ignoraban. Recuerdo también los primeros deslumbramientos, los hallazgos que sin alcanzar del todo prometían al alquimista la pronta transmutación. Recuerdo mirar a las personas encorvándose y gesticulando, y detrás vislumbraba el entrelazamiento o explicación del por qué hacían esas cosas... lo deseaba tanto!
Había veces en que no había que preguntarse, solo correr! jugar! aventurarse... poco a poco fué creciendo el extrañamiento, una décima de segundo al principio, y al tiempo una súbita paralización. Es lo que hace una presa advirtiendo un peligro (lo supe después), tal vez en el fondo me preguntaba qué estábamos haciendo, hacia dónde iba esa cascada, adónde sufríamos por llegar, bajo la garra de qué peligro podíamos ser aplastados como moscas...
Recuerdo entregarme a la risa escandalosa como un desquite de las cosas que me angustiaban, recuerdo entregarme a esa voluptuosidad de las contracciones de mi pecho y buscarla en los demás, era tan aliviante poder tomarse las cosas así...recuerdo buscar ávidamente formar pequeños clanes de resistencia y miradas de entendimiento. Uno busca alianzas para enfrentar al mundo, es fácil pudiendo contar secretos y respaldarse mutuamente.
Recuerdo mi indignación cuando después de mirar a mi alrededor encontré a mi enemigo en lo alto, recuerdo hacerlo caer a él, a su tropa de farsantes y su escenario. Recuerdo mucho regocijo al verlo tirado en el piso retorciéndose, tratando de disimular el artificio de su barba entonces tan inútil. Recuerdo como decidí soportar la lluvia yo solo, después de todo era la única forma, pensaba, acerca de qué significaba para mí todo eso. Recuerdo preguntarme por qué todo el mundo mentía, también recuerdo como en cierto momento tomé esa mentira como en defensa propia, y luego a un buen ataque como la mejor defensa.
Recuerdo cuando decidí que quería atestiguar lo más oscuro del mundo, poder tener de frente a la cordura perdida...qué buscaba con esa clase de revelaciones? buscaba una verdad, aunque fuese demasiado horrorosa para soportarla, buscaba el último fundamento de todo este enredo, la piedra basal que legitimiza las cosas tal como están.
Recuerdo, si, hoy recuerdo, cómo las preguntas me llevaron hasta donde estoy ahora, cómo fueron edificando lo que soy...quien soy?

viernes, 25 de abril de 2008

...

Siento tu mirada
danzando a mi alrededor,
con fuego en tus pupilas,
riendo a carcajadas.

Si no importa nada
en el lago caerá la flor,
el juego sin salida,
la vida abandonada.

Mas la esperanza no muere,
y la tormenta no seca
lo que el corazón riega,
ni aún en la hora más oscura.

Y aunque la danza se aleje
y el sueño esté cerca
lo que la razon niega
jamás abandona la locura.

...

Miro por la ventana y suspiro. Y el tiempo pasa irremediablemente.
Fijo la mirada en el brillo. Y el tiempo pasa irremediablemente.

Nunca creí que ibas a odiarme, tal vez sea una fantasía de mi mente.
Tampoco creí poder olvidarte, el tiempo pasa irremediablemente.

Así es como pasan las cosas, unas tras otras sin razón aparente.
Aquí estoy contemplando carrozas. Y el tiempo pasa irremediablemente.

Cierro los ojos, revivo lo sufrido, mejor habría sido no conocerte.

Miro por la ventana y suspiro. El tiempo pasa irremediablemente.

...

bella,
como el dulce tul
que cubre el desierto frío
como los ojos que pierde la brisa
con el pasar del olvido,
como la mancha de sangre
que en el aire deja un suspiro,
la niña da vueltas y juega
cerca del viejo molino.
Cae y respira
un sueño dormido.

...

Siempre vestido como de incógnito, la vista al horizonte después de cada derrota, me mira negando con la cabeza, a veces casi largando una carcajada. El día que gane va a pisar el cigarrillo, metiendo las manos en sus bolsillos, y con su sobretodo negro cruzará la calle, pasará un colectivo. Nunca más lo veré.

...

No alcanzo a precisar si por no tener otra cosa que hacer, si por mera abstracción, o por desánimo, me dejo llevar por la lapicera en su danza maratónica sobre los renglones. Si ver o no ver. Pensar o sentir. Reir o llorar...No hay razón. Vacío. Gris. Insípido y a veces sublime.

Pantalla

-Siento que a cada paso, a cada respiro y pensamiento todo puede tomar un brillo sagrado y eterno, en el sentido del "aca y ahora"-, dijo el de pelo oscuro, haciendo ademanes nerviosos y con esa mirada que del vacío remontaba hacia los del otro al final de su frase. El de pelo mas claro parecía mas sereno -Ese valor se lo das vos a las cosas, no es que tengan de por sí ese noseque-. contestó desde la comodidad de el otro sillon. Otro amigo pasó y llenó los vasos de los dos sin preguntar. Y esos segundos habían bastado para que ocurriera una transformación sublime en la mente del pelinegro, del tipo de quiebre de cintura intelectual que más le gustaba. Tenía algo de revelación y algo de lógica. El flequillo le tapaba el ojo derecho, y disparó. -Si eso es verdad ¿no significa que en realidad no hay nada que podamos pensar ni decir que no sea un agregado nuestro a las cosas? -¿Todo es subjetivo? dale, no te me vengas con esa, yo estaba hablando de otra cosa, sino la gente no podría ni hablar-. Cegado en su carrera a ver ese pedazo de absoluto aunque sea por un segundo, siguió: -Entonces podemos pensar y hacer lo que queramos, y lo supuestamente objetivo no es más que la convicción de otro enraizada en nosotros. -Es tarde para algunas cosas, pero podés comprar lo que quieras, eso sí- Agregó un tercero que se había acercado hace poco al foco .Los tres rieron al instante, amargamente. No les quedaba otra. El de pelo claro retomó -Yo entiendo lo que querés decir, pero no sé todavía adónde querés llegar con ese "subjetivismo cósmico", te enconchaste ahí, y siempre vas a lo mismo. - A la fuente quiero llegar. -¿De que? -De todo- ¿Vas a traernos una nueva biblia? termina siendo lo mismo. - Aunque suene raro lo mío es una necesidad moral, si no puedo pensar que todos somos libres y omnipotentes en lo humano, no podría vivir. -¿"Todos somos dioses"?jaja. -Todos o ninguno, da igual en el fondo, la cuestión es que todos elegimos constantemente, aún en la rutina mas puta.-Eso pensás vos.-Son mis cartas el pensar así, y las estoy jugando.- Quedate pelotudo, no vayas a buscar el desengaño allá, lo tenés aca a la esquina. Nos podemos reir siempre de todo. -No me voy porque piense que acá no voy a ser feliz, quiero ampliar la compatibilidad de mi software para mi golpe maestro.-El tercero estaba mirando atento, y luego de un sorbo, vaso en mano, miró a estos dos amigos del alma, tan cerca y tan lejos a la vez. Se preguntó donde terminarían al cabo de 10 años, ellos y él mismo. Se lo preguntaban los tres.

Despierto de golpe. Todas esas imágenes se esfuman rápidamente. El techo blanco de mi pieza esparcido a lo largo y a lo ancho. Son las 5 y media de la noche (que no madrugada) y despues de traer la frazada mas arriba, casi hasta la mitad de la cara, miro hacia la ventana de mi casa. No veo el cielo (da a un paredon gigante), pero la oscuridad me permite ubicar algo de ese sueño ahí, como en una pantalla. No volvería a dormir hasta la noche siguiente.

Manual para entender el mundo

La acumulación de información por sí sola nos llevaría a actuar de determinada manera sin pensarlo mucho, una especie de estadística aplicada por decantación. En este punto no faltarían todos aquellos que quisieran remarcar la importancia del razonamiento humano señalando el proceso lógico que ocupa el pensamiento cuando llegamos a una conclusión.
Pero es raro que las conclusiones realmente útiles cristalicen en nuestras mentes con un orden realmente lógico. Si tenemos que tomar una decision importante para nuestras vidas, resolver un misterio que se presenta imposible o tratar de interpretar que quiso decir alguien con su actitud, tal vez confiemos en una idea que nos llega como una profunda sensación de certeza. Es una sospecha que no entendemos completamente ni podemos explicar, pero que reclama su derecho como si una réplica de nosotros de una linea distinta de tiempo nos la estuviese alcanzando. Entonces si, rápido acuden quienes quieren que escuchemos esa voz interior para guiar nuestras vidas, a lo que otros llaman confiar en el propio instinto, otros escuchar lo que dice el corazón.
Es un terreno realmente empantanado por el engaño de aquellos que atribuyeron esa voz ineludiblemente propia a otros seres que querian engañarlos o aconsejarlos mejor. Ya no podemos pretender que Abraham quería asesinar a su hijo por orden de un ángel, ni creerle a un asesino serial cuando dice que un demonio le ordenó que matara a tu esposa, a tu madre y a tu hija. Pero es cierto que mirando el mar, el techo de nuestra habitación por la noche o una esquina por la ventana del colectivo podemos experimentar que esa sensacion nos invade por completo. Cuando hube entendido estas experiencias no me pareció entonces extraño que se utilicen las palabras "revelación", "divino" o "espíritu" para interpretarlas, antes esbozo una sonrisa leve y llena de desdén primero, cuando pienso lo que significa querer explicar la lluvia por un cielo entristecido, y de odio después cuando recuerdo toda la tración que ha consumado esa gente hacia la humanidad, cuantas muertes estúpidas provocaron directamente. La fe indudablemente existe, y no es inofensiva. Una espantosa resignación me llega cuando veo que solo hace falta estar convencido de que un ser infinitamente poderoso me ordena que haga algo para hacer lo que sea sin sentimiento de responsabilidad alguna. "Los caminos del señor son misteriosos", dicen, como si no entendieran que en ese caso ellos mismos no podrían saber nada de ellos, ni podrían pretender que yo no quiera saber qué caminos son esos. Triste. Injusto.

Agua

Agua…el agua sube…agua por todos lados…intento subirme arriba de algo pero…ya no sirve de nada, pedazos de carne putrefactos suben por un segundo y vuelven al fondo… el agua esta arremolinada… no hay posibilidad… vivo diciendo que hay que hundirse voluntariamente pero… es tan difícil!.............ya no queda nada para ver sin que este teñido de la masa acuosa y siniestra que me arremete y me estampa contra la pared…miles, miles de “yo” hundiéndose, ahogándose unos a otros, gritando, blasfemando…ese ruido no para de achicharrar mis oídos… siluetas espantosas se deducen desde lo profundo, el llanto ya es un surtidor…”yo te dije”…”yo te dije”…”yo te dije que…”. Atrás solo una pared traidora, arriba un techo que baja para sumarse a la faena. Cuando ya parece que todo está perdido, y por tanto, nada hay que lamentar, el agua se vuelve roja, mi piel ya tornó a púrpura...

…Finalmente, como pájaro empetrolado, ya mis intentos de desasirme de la emboscada suenan a agonía… no hay excusas…

...

En pantanos de sueño enmohecido,
de sol gélido tardes en silencio,
yo te evocaba, a veces dormido,
risueño, a veces sin saberlo.

En cada oscura sinuosidad,
en los dejos de suspiro y lamento,
irrefrenable apatía de velar
la agonía de los tiempos muertos.

Mi sombra se hunde veloz en la brisa:
vacío, musas, quimeras, herejías,
desbordan la fuente de los secretos.

La estridencia del eco en esa risa
aturde aún la mirada perdida...
...el recuerdo. Ni cerca. Ni lejos.

miércoles, 23 de abril de 2008

Caprichos

El mar había empujado las nubes hacia adentro como un ejécito disciplinado provoca la desbandada enemiga: en línea recta. Ya nada separaba el celeste del verde en su beso a lo largo, espalda recostada sobre espalda. El sol ya no tenía excusas y se había puesto a tostar pellejos, la arena como parrilla.
Entre la costa y la lomada, y ubicado astutamente donde las voces pueden sólo llegar como un rumor, yo y este bloc de notas.
El viento no había cesado, pero ahora se deslizaba plácido sobre mi aerodinámica de esqueleto a ras de la arena. El principio traté de pensar en nada, pero dicen los maestros que eso es precisamente un error. Como soy caprichoso insistí. Mi cabeza cayó al rato sobre el hombro y se me escurría la saliva desde la comisura izquierda de los labios. Así es todo.

Tratado definitivo de Numerología

I-Le dicen Uno al 1º principio, indivisible, indisoluble, en el que todo está incluido y representado simultáneamente. Uno es, como puede verse, el principio de perfección.

II-Le dicen Dos a la fragmentación del Uno, al dar la espalda a la totalidad y aislarla de sí misma. Comienzo del particularismo.

III-Se sigue de "II", y asi...


NOTAS:

-Ninguno o Cero, es no-uno, negativo del Uno, y viene después de Dos. Pues Si decimos la Nada y el Todo, ya hemos instalado la barrera de Dos.
-Diez es el eco del Uno, el primero de los jirones de perfección que el aislamiento secuencial encontrará en su camino ahora sin fin.

...



Tormenta que enlazas tendida en el cielo

telones de vientos, del aire los despojos.
Violenta desatas el espasmo sereno,
con áureos momentos rompiendo en sollozo.

Pero vieras mi alma hendida en el suelo,
los huesos quemados, hirviéndome los ojos,
de grietas surcada la piel por los destellos,
rencores inflamados del infierno leproso.

Antes de que mi carne se haya derretido
¿A enredar vendrías tus labios con los míos
cuando trémulo pida un alivio de la sed?

Tú, funeral del día, embriagas mis sentidos.
Sabe que en mi nace anhelante un suspiro
cuando tu cabellera contemplo amanecer.

Ventana

Me encontré mirando por la ventana un cielo nublado, pero lejos de ser sombrío, parecía sonreir, como la expresión que tiene en el rostro quien duerme estupendamente, Comenzó a llover, y yo seguía mirando. La nostalgia me invadió, una congoja abrumadora subió desde el vientre hasta mi pecho y te recordé. Al ver tu imagen difuminada en mi memoria, un poco lejana pero con algo de claridad, mi mirada se extravió en mis adentros, al pensar cuán limitada era mi línea de pensamiento, puesto que para ponerme melancólico tan solo bastaba que mirara la lluvia caer. Primero pensé que a los sucesos meterorológicos poco les importa nuestro estado de ánimo, mucho menos que estemos justo en el inicio de una lluvia mirando por la ventana y pensando con resignación en un amor ya lejano. Luego, con una sonrisa interior amarga, caí en la cuenta de que cuando dejaba divagar mi atención en un estado de ensoñamiento, mi mirada llegaba inevitablemente a tí, mi amada, como un puerto insalvable en mi viaje por las propias tinieblas. A tí, que nada me has quitado ni puedo yo reprocharte, y sin embargo me has dejado un vacío al cual no he permanecido indiferente jamás. Hacia tí, ante la imagen de quien suspiro involuntariamente y a quien no podría abrir mi abanico de emociones abiertamente sin sentir un estremecimiento en todo el cuerpo y un temblor de profunda vacilación.
El tiempo pasa, bien lo sabes, y aún así este sentimiento perdura en mí, y a decir verdad ya no me interesa que no lo haga, mas bien convivo con él cuando viene a presentarme sus lamentos y esperanzas, sus ideas de lo que podría ser, y reflexiono con él, y le doy la razón pero no sé que más decirle. A veces reímos juntos acordándonos de todos esos tiempos y de los momentos dorados... los momentos dorados. Las distintas facetas de mi alma se disputan la palabra para darme una interpretación exacta de lo que significa mi deseo de abrazarte, caminar de la mano, tomar un helado (y depué no tomamo un café), de besarte y dormirme en tu regazo por la tarde, les escucho pedir la palabra adelantándose frente a mí diciendo: "es un error del destino", "es un error tuyo", "es un capricho", "no es amor, no la conoces bien", "es amor, no hay duda, uno siempre sabe esas cosas", "no era para vos"... yo a veces les escucho, pero en un acto de burocracia psicológica, en el fondo con un profundo desinterés, aún cuando me recuerdan que muy probablemente y hace tiempo no pienses en mi en absoluto, pues de todos modos no me arrepentiría de haber podido conocerte y reir juntos. En esto pienso cuando me encuentro de nuevo mirando de nuevo por la ventana lluviosa, mirándote a tí, diciendo cuando dejo caer mi cabeza con una sonrisa: "eras hermosa".

Alquimia

Era lo que se puede decir una reunion de amigos, gente de generaciones cercanas conversando en torno a una mesita en el centro. Vasos a medio tomar, por un lado alguna discusión por una cuestión frecuente, por allá risas rasgaban el aire. Uno podría pensar que todos usualmente sienten ese momento, no que lo piensan, pero entre ellos había uno que iba y volvía entre un hilo argumental de algún diálogo, y sus elaboraciones acerca de, en principio, las personas que se encontraban ahí con él, pero en realidad de cualquier cosa, y casi siempre acerca de sí mismo. Por momentos observando fijo los movimientos y expresiones del que hablaba, y luego ya la vista fija en el paisaje de sombras que ofrecía la ventana de la noche invernal. Hubo un tiempo en que este vaivén le resultaba absurdo y exasperante, como algo ajeno y desdichado. Ahora ya lo asumía como parte de si, necesariamente, o en otras palabras, se había acostumbrado.
En ese constante trance había alguien a quien él se encontraba mirando languidamente al final. Una y otra vez volvía a su mundo interior, y otra vez encontrábase ante ella como un paso inevitable y, peor aún, deseado ¿Sería el único que habría dado en mirarla así?¿No era en verdad encantadora, sin rastro de esa vanidad tan asquerosa que suelen tener algunas diosas de porcelana? Sí. Y al escucharla contar su historia pudo desvelar por momentos el alma, la raíz de su divinidad.
La velada pasó, durante su transcurso él asimiló que el vivir con ella las cosas que se imaginaba una tras otra le estaba vedado por propia voluntad, mas allá de que en todo caso lo estuviese por voluntad de ella. No iba a permitirse ni siquiera intentarlo. Se limitaría a mirarla así, hechizado, aunque lo disfrutaba de todas formas.

Cuando estaban en la puerta, amanecer tardío, se volvió un segundo, la miró y le dijo si podía abrazarla, temiendo que lo mirara extrañada y esquiva. Ella le dijo alegre. -¿Qué pregunta es esa?-. Me brotó una sonrisa terriblemente infantil y crucé mis brazos sobre su espalda sin estrujarla, apoyando suavemente mi mentón en su hombro, pero a la vez sin titubear. Se reía, me daba palmaditas en la espalda como leyéndome la mente. -Bueno, bueno, ya está...-. Un instante después recosté mi mejilla mirando hacia afuera, y dí un suspiro suave, delator. -Sí, esto es...-. Me soltó despacito y me miró intrigada: -¿Qué cosa?- preguntó. -El momento. El momento dorado-. Pensé que no me había entendido y seguí. -Cuando sentís que en ese momento hay una persona tocando tu alma. Y no importa nada más-. Había entendido toda la idea antes de que abriera la boca, pero se quedó callada, parecía seria. -Se necesitan dos corazones auténticos, y un guiño del destino- agregué, y ella enseguida me dió un empujón burlón diciendo -¿podrías haber avisado no?. Su cara de enojo juguetón se desbarató y los dos echamos a reir al mismo tiempo. Nuestro amigo en común había visto todo a un costado y dijo -Se hacen los publicidad de chocolate-. Carcajadas.
Nos despedimos todavía tentados, y arriba del auto él me preguntó qué había pasado, qué había significado ese abrazo. Yo tenía la mirada en el asfalto en movimiento con ese gesto de sonrisa casi imperceptible: - Alquimia-.

Difusión

Encorvado miraba el reflejo de mi propia sombra, susurraba a la manera en que los árboles mueven sus hojas, insinuaban por sus circunvoluciones pequeños destellos de fulgor opalino. He estado en ese lugar miles de veces. En ella oscilaban densas ondas, resonancia de lo que deambula por los silencios una vez que cerramos los párpados. Pequeñas pero indisolublemente entrelazadas, nuevas melodías hiriendo el velo de mis ciudades perdidas, seguro yo de conocer cada recoveco de sus pasadizos mohosos y dilataciones de pupila.
Fué en tan solo un segundo de escalofrío que pasé de un paréntesis de pálidas mejillas a una clase de vibración completamente distinta, y entonces quedando encandilado con un eterno entrecruzamiento de posibilidades que me liberaban llevando cada parte de mi ser lejos, más lejos de lo que había llegado jamás. En la concatenación de sus lineas formando un todo que se expandía adonde quiera que mirase, irradiando desde el centro de mi ser. El tiempo en un contínuo superpuesto, y a cada bocanada una nueva grieta y desgarro para fundirme con todo lo que hasta entonces me era ajeno, ahora mío, completamente mío. Primero las almas a mi alrededor se alinearon elevándome, luego la naturaleza y el cielo mismo, todo era dentro de mí. Yo me deslizaba de un punto a otro cortando todas las cuerdas, reía, lloraba, la burbuja ya encontraba el límite de su destino. Sentía que había esperado todos esos relámpagos hace demasiado tiempo y me dejaba caer una y otra vez en mi propia divinidad. No sentí que sólo encontrara un refugio mayor, esta vez toda la realidad me abrigaba y fluía conmigo, todo lo que yo era, todo lo que podía concebir y desear abarcando cada partícula del universo. Pasé del vislumbramiento de que todo está conectado con todo a la irremisible captación de que todo "era".
Esa misma mañana contemplé el abismo en mí, brillaba tenuemente, cobijando cada momento y bordándolo en mi alma. Con una sonrisa imperceptible entendí que no tenía más miedo, que era libre de desplazarme a cualquier punto de los surcos que se bifurcan a cada momento, antes amenazantes, ahora pasando cristalinamente a través de mí.