viernes, 25 de abril de 2008

...

Siento tu mirada
danzando a mi alrededor,
con fuego en tus pupilas,
riendo a carcajadas.

Si no importa nada
en el lago caerá la flor,
el juego sin salida,
la vida abandonada.

Mas la esperanza no muere,
y la tormenta no seca
lo que el corazón riega,
ni aún en la hora más oscura.

Y aunque la danza se aleje
y el sueño esté cerca
lo que la razon niega
jamás abandona la locura.

...

Miro por la ventana y suspiro. Y el tiempo pasa irremediablemente.
Fijo la mirada en el brillo. Y el tiempo pasa irremediablemente.

Nunca creí que ibas a odiarme, tal vez sea una fantasía de mi mente.
Tampoco creí poder olvidarte, el tiempo pasa irremediablemente.

Así es como pasan las cosas, unas tras otras sin razón aparente.
Aquí estoy contemplando carrozas. Y el tiempo pasa irremediablemente.

Cierro los ojos, revivo lo sufrido, mejor habría sido no conocerte.

Miro por la ventana y suspiro. El tiempo pasa irremediablemente.

...

bella,
como el dulce tul
que cubre el desierto frío
como los ojos que pierde la brisa
con el pasar del olvido,
como la mancha de sangre
que en el aire deja un suspiro,
la niña da vueltas y juega
cerca del viejo molino.
Cae y respira
un sueño dormido.

...

Siempre vestido como de incógnito, la vista al horizonte después de cada derrota, me mira negando con la cabeza, a veces casi largando una carcajada. El día que gane va a pisar el cigarrillo, metiendo las manos en sus bolsillos, y con su sobretodo negro cruzará la calle, pasará un colectivo. Nunca más lo veré.

...

No alcanzo a precisar si por no tener otra cosa que hacer, si por mera abstracción, o por desánimo, me dejo llevar por la lapicera en su danza maratónica sobre los renglones. Si ver o no ver. Pensar o sentir. Reir o llorar...No hay razón. Vacío. Gris. Insípido y a veces sublime.

Pantalla

-Siento que a cada paso, a cada respiro y pensamiento todo puede tomar un brillo sagrado y eterno, en el sentido del "aca y ahora"-, dijo el de pelo oscuro, haciendo ademanes nerviosos y con esa mirada que del vacío remontaba hacia los del otro al final de su frase. El de pelo mas claro parecía mas sereno -Ese valor se lo das vos a las cosas, no es que tengan de por sí ese noseque-. contestó desde la comodidad de el otro sillon. Otro amigo pasó y llenó los vasos de los dos sin preguntar. Y esos segundos habían bastado para que ocurriera una transformación sublime en la mente del pelinegro, del tipo de quiebre de cintura intelectual que más le gustaba. Tenía algo de revelación y algo de lógica. El flequillo le tapaba el ojo derecho, y disparó. -Si eso es verdad ¿no significa que en realidad no hay nada que podamos pensar ni decir que no sea un agregado nuestro a las cosas? -¿Todo es subjetivo? dale, no te me vengas con esa, yo estaba hablando de otra cosa, sino la gente no podría ni hablar-. Cegado en su carrera a ver ese pedazo de absoluto aunque sea por un segundo, siguió: -Entonces podemos pensar y hacer lo que queramos, y lo supuestamente objetivo no es más que la convicción de otro enraizada en nosotros. -Es tarde para algunas cosas, pero podés comprar lo que quieras, eso sí- Agregó un tercero que se había acercado hace poco al foco .Los tres rieron al instante, amargamente. No les quedaba otra. El de pelo claro retomó -Yo entiendo lo que querés decir, pero no sé todavía adónde querés llegar con ese "subjetivismo cósmico", te enconchaste ahí, y siempre vas a lo mismo. - A la fuente quiero llegar. -¿De que? -De todo- ¿Vas a traernos una nueva biblia? termina siendo lo mismo. - Aunque suene raro lo mío es una necesidad moral, si no puedo pensar que todos somos libres y omnipotentes en lo humano, no podría vivir. -¿"Todos somos dioses"?jaja. -Todos o ninguno, da igual en el fondo, la cuestión es que todos elegimos constantemente, aún en la rutina mas puta.-Eso pensás vos.-Son mis cartas el pensar así, y las estoy jugando.- Quedate pelotudo, no vayas a buscar el desengaño allá, lo tenés aca a la esquina. Nos podemos reir siempre de todo. -No me voy porque piense que acá no voy a ser feliz, quiero ampliar la compatibilidad de mi software para mi golpe maestro.-El tercero estaba mirando atento, y luego de un sorbo, vaso en mano, miró a estos dos amigos del alma, tan cerca y tan lejos a la vez. Se preguntó donde terminarían al cabo de 10 años, ellos y él mismo. Se lo preguntaban los tres.

Despierto de golpe. Todas esas imágenes se esfuman rápidamente. El techo blanco de mi pieza esparcido a lo largo y a lo ancho. Son las 5 y media de la noche (que no madrugada) y despues de traer la frazada mas arriba, casi hasta la mitad de la cara, miro hacia la ventana de mi casa. No veo el cielo (da a un paredon gigante), pero la oscuridad me permite ubicar algo de ese sueño ahí, como en una pantalla. No volvería a dormir hasta la noche siguiente.

Manual para entender el mundo

La acumulación de información por sí sola nos llevaría a actuar de determinada manera sin pensarlo mucho, una especie de estadística aplicada por decantación. En este punto no faltarían todos aquellos que quisieran remarcar la importancia del razonamiento humano señalando el proceso lógico que ocupa el pensamiento cuando llegamos a una conclusión.
Pero es raro que las conclusiones realmente útiles cristalicen en nuestras mentes con un orden realmente lógico. Si tenemos que tomar una decision importante para nuestras vidas, resolver un misterio que se presenta imposible o tratar de interpretar que quiso decir alguien con su actitud, tal vez confiemos en una idea que nos llega como una profunda sensación de certeza. Es una sospecha que no entendemos completamente ni podemos explicar, pero que reclama su derecho como si una réplica de nosotros de una linea distinta de tiempo nos la estuviese alcanzando. Entonces si, rápido acuden quienes quieren que escuchemos esa voz interior para guiar nuestras vidas, a lo que otros llaman confiar en el propio instinto, otros escuchar lo que dice el corazón.
Es un terreno realmente empantanado por el engaño de aquellos que atribuyeron esa voz ineludiblemente propia a otros seres que querian engañarlos o aconsejarlos mejor. Ya no podemos pretender que Abraham quería asesinar a su hijo por orden de un ángel, ni creerle a un asesino serial cuando dice que un demonio le ordenó que matara a tu esposa, a tu madre y a tu hija. Pero es cierto que mirando el mar, el techo de nuestra habitación por la noche o una esquina por la ventana del colectivo podemos experimentar que esa sensacion nos invade por completo. Cuando hube entendido estas experiencias no me pareció entonces extraño que se utilicen las palabras "revelación", "divino" o "espíritu" para interpretarlas, antes esbozo una sonrisa leve y llena de desdén primero, cuando pienso lo que significa querer explicar la lluvia por un cielo entristecido, y de odio después cuando recuerdo toda la tración que ha consumado esa gente hacia la humanidad, cuantas muertes estúpidas provocaron directamente. La fe indudablemente existe, y no es inofensiva. Una espantosa resignación me llega cuando veo que solo hace falta estar convencido de que un ser infinitamente poderoso me ordena que haga algo para hacer lo que sea sin sentimiento de responsabilidad alguna. "Los caminos del señor son misteriosos", dicen, como si no entendieran que en ese caso ellos mismos no podrían saber nada de ellos, ni podrían pretender que yo no quiera saber qué caminos son esos. Triste. Injusto.

Agua

Agua…el agua sube…agua por todos lados…intento subirme arriba de algo pero…ya no sirve de nada, pedazos de carne putrefactos suben por un segundo y vuelven al fondo… el agua esta arremolinada… no hay posibilidad… vivo diciendo que hay que hundirse voluntariamente pero… es tan difícil!.............ya no queda nada para ver sin que este teñido de la masa acuosa y siniestra que me arremete y me estampa contra la pared…miles, miles de “yo” hundiéndose, ahogándose unos a otros, gritando, blasfemando…ese ruido no para de achicharrar mis oídos… siluetas espantosas se deducen desde lo profundo, el llanto ya es un surtidor…”yo te dije”…”yo te dije”…”yo te dije que…”. Atrás solo una pared traidora, arriba un techo que baja para sumarse a la faena. Cuando ya parece que todo está perdido, y por tanto, nada hay que lamentar, el agua se vuelve roja, mi piel ya tornó a púrpura...

…Finalmente, como pájaro empetrolado, ya mis intentos de desasirme de la emboscada suenan a agonía… no hay excusas…

...

En pantanos de sueño enmohecido,
de sol gélido tardes en silencio,
yo te evocaba, a veces dormido,
risueño, a veces sin saberlo.

En cada oscura sinuosidad,
en los dejos de suspiro y lamento,
irrefrenable apatía de velar
la agonía de los tiempos muertos.

Mi sombra se hunde veloz en la brisa:
vacío, musas, quimeras, herejías,
desbordan la fuente de los secretos.

La estridencia del eco en esa risa
aturde aún la mirada perdida...
...el recuerdo. Ni cerca. Ni lejos.

miércoles, 23 de abril de 2008

Caprichos

El mar había empujado las nubes hacia adentro como un ejécito disciplinado provoca la desbandada enemiga: en línea recta. Ya nada separaba el celeste del verde en su beso a lo largo, espalda recostada sobre espalda. El sol ya no tenía excusas y se había puesto a tostar pellejos, la arena como parrilla.
Entre la costa y la lomada, y ubicado astutamente donde las voces pueden sólo llegar como un rumor, yo y este bloc de notas.
El viento no había cesado, pero ahora se deslizaba plácido sobre mi aerodinámica de esqueleto a ras de la arena. El principio traté de pensar en nada, pero dicen los maestros que eso es precisamente un error. Como soy caprichoso insistí. Mi cabeza cayó al rato sobre el hombro y se me escurría la saliva desde la comisura izquierda de los labios. Así es todo.

Tratado definitivo de Numerología

I-Le dicen Uno al 1º principio, indivisible, indisoluble, en el que todo está incluido y representado simultáneamente. Uno es, como puede verse, el principio de perfección.

II-Le dicen Dos a la fragmentación del Uno, al dar la espalda a la totalidad y aislarla de sí misma. Comienzo del particularismo.

III-Se sigue de "II", y asi...


NOTAS:

-Ninguno o Cero, es no-uno, negativo del Uno, y viene después de Dos. Pues Si decimos la Nada y el Todo, ya hemos instalado la barrera de Dos.
-Diez es el eco del Uno, el primero de los jirones de perfección que el aislamiento secuencial encontrará en su camino ahora sin fin.

...



Tormenta que enlazas tendida en el cielo

telones de vientos, del aire los despojos.
Violenta desatas el espasmo sereno,
con áureos momentos rompiendo en sollozo.

Pero vieras mi alma hendida en el suelo,
los huesos quemados, hirviéndome los ojos,
de grietas surcada la piel por los destellos,
rencores inflamados del infierno leproso.

Antes de que mi carne se haya derretido
¿A enredar vendrías tus labios con los míos
cuando trémulo pida un alivio de la sed?

Tú, funeral del día, embriagas mis sentidos.
Sabe que en mi nace anhelante un suspiro
cuando tu cabellera contemplo amanecer.

Ventana

Me encontré mirando por la ventana un cielo nublado, pero lejos de ser sombrío, parecía sonreir, como la expresión que tiene en el rostro quien duerme estupendamente, Comenzó a llover, y yo seguía mirando. La nostalgia me invadió, una congoja abrumadora subió desde el vientre hasta mi pecho y te recordé. Al ver tu imagen difuminada en mi memoria, un poco lejana pero con algo de claridad, mi mirada se extravió en mis adentros, al pensar cuán limitada era mi línea de pensamiento, puesto que para ponerme melancólico tan solo bastaba que mirara la lluvia caer. Primero pensé que a los sucesos meterorológicos poco les importa nuestro estado de ánimo, mucho menos que estemos justo en el inicio de una lluvia mirando por la ventana y pensando con resignación en un amor ya lejano. Luego, con una sonrisa interior amarga, caí en la cuenta de que cuando dejaba divagar mi atención en un estado de ensoñamiento, mi mirada llegaba inevitablemente a tí, mi amada, como un puerto insalvable en mi viaje por las propias tinieblas. A tí, que nada me has quitado ni puedo yo reprocharte, y sin embargo me has dejado un vacío al cual no he permanecido indiferente jamás. Hacia tí, ante la imagen de quien suspiro involuntariamente y a quien no podría abrir mi abanico de emociones abiertamente sin sentir un estremecimiento en todo el cuerpo y un temblor de profunda vacilación.
El tiempo pasa, bien lo sabes, y aún así este sentimiento perdura en mí, y a decir verdad ya no me interesa que no lo haga, mas bien convivo con él cuando viene a presentarme sus lamentos y esperanzas, sus ideas de lo que podría ser, y reflexiono con él, y le doy la razón pero no sé que más decirle. A veces reímos juntos acordándonos de todos esos tiempos y de los momentos dorados... los momentos dorados. Las distintas facetas de mi alma se disputan la palabra para darme una interpretación exacta de lo que significa mi deseo de abrazarte, caminar de la mano, tomar un helado (y depué no tomamo un café), de besarte y dormirme en tu regazo por la tarde, les escucho pedir la palabra adelantándose frente a mí diciendo: "es un error del destino", "es un error tuyo", "es un capricho", "no es amor, no la conoces bien", "es amor, no hay duda, uno siempre sabe esas cosas", "no era para vos"... yo a veces les escucho, pero en un acto de burocracia psicológica, en el fondo con un profundo desinterés, aún cuando me recuerdan que muy probablemente y hace tiempo no pienses en mi en absoluto, pues de todos modos no me arrepentiría de haber podido conocerte y reir juntos. En esto pienso cuando me encuentro de nuevo mirando de nuevo por la ventana lluviosa, mirándote a tí, diciendo cuando dejo caer mi cabeza con una sonrisa: "eras hermosa".

Alquimia

Era lo que se puede decir una reunion de amigos, gente de generaciones cercanas conversando en torno a una mesita en el centro. Vasos a medio tomar, por un lado alguna discusión por una cuestión frecuente, por allá risas rasgaban el aire. Uno podría pensar que todos usualmente sienten ese momento, no que lo piensan, pero entre ellos había uno que iba y volvía entre un hilo argumental de algún diálogo, y sus elaboraciones acerca de, en principio, las personas que se encontraban ahí con él, pero en realidad de cualquier cosa, y casi siempre acerca de sí mismo. Por momentos observando fijo los movimientos y expresiones del que hablaba, y luego ya la vista fija en el paisaje de sombras que ofrecía la ventana de la noche invernal. Hubo un tiempo en que este vaivén le resultaba absurdo y exasperante, como algo ajeno y desdichado. Ahora ya lo asumía como parte de si, necesariamente, o en otras palabras, se había acostumbrado.
En ese constante trance había alguien a quien él se encontraba mirando languidamente al final. Una y otra vez volvía a su mundo interior, y otra vez encontrábase ante ella como un paso inevitable y, peor aún, deseado ¿Sería el único que habría dado en mirarla así?¿No era en verdad encantadora, sin rastro de esa vanidad tan asquerosa que suelen tener algunas diosas de porcelana? Sí. Y al escucharla contar su historia pudo desvelar por momentos el alma, la raíz de su divinidad.
La velada pasó, durante su transcurso él asimiló que el vivir con ella las cosas que se imaginaba una tras otra le estaba vedado por propia voluntad, mas allá de que en todo caso lo estuviese por voluntad de ella. No iba a permitirse ni siquiera intentarlo. Se limitaría a mirarla así, hechizado, aunque lo disfrutaba de todas formas.

Cuando estaban en la puerta, amanecer tardío, se volvió un segundo, la miró y le dijo si podía abrazarla, temiendo que lo mirara extrañada y esquiva. Ella le dijo alegre. -¿Qué pregunta es esa?-. Me brotó una sonrisa terriblemente infantil y crucé mis brazos sobre su espalda sin estrujarla, apoyando suavemente mi mentón en su hombro, pero a la vez sin titubear. Se reía, me daba palmaditas en la espalda como leyéndome la mente. -Bueno, bueno, ya está...-. Un instante después recosté mi mejilla mirando hacia afuera, y dí un suspiro suave, delator. -Sí, esto es...-. Me soltó despacito y me miró intrigada: -¿Qué cosa?- preguntó. -El momento. El momento dorado-. Pensé que no me había entendido y seguí. -Cuando sentís que en ese momento hay una persona tocando tu alma. Y no importa nada más-. Había entendido toda la idea antes de que abriera la boca, pero se quedó callada, parecía seria. -Se necesitan dos corazones auténticos, y un guiño del destino- agregué, y ella enseguida me dió un empujón burlón diciendo -¿podrías haber avisado no?. Su cara de enojo juguetón se desbarató y los dos echamos a reir al mismo tiempo. Nuestro amigo en común había visto todo a un costado y dijo -Se hacen los publicidad de chocolate-. Carcajadas.
Nos despedimos todavía tentados, y arriba del auto él me preguntó qué había pasado, qué había significado ese abrazo. Yo tenía la mirada en el asfalto en movimiento con ese gesto de sonrisa casi imperceptible: - Alquimia-.

Difusión

Encorvado miraba el reflejo de mi propia sombra, susurraba a la manera en que los árboles mueven sus hojas, insinuaban por sus circunvoluciones pequeños destellos de fulgor opalino. He estado en ese lugar miles de veces. En ella oscilaban densas ondas, resonancia de lo que deambula por los silencios una vez que cerramos los párpados. Pequeñas pero indisolublemente entrelazadas, nuevas melodías hiriendo el velo de mis ciudades perdidas, seguro yo de conocer cada recoveco de sus pasadizos mohosos y dilataciones de pupila.
Fué en tan solo un segundo de escalofrío que pasé de un paréntesis de pálidas mejillas a una clase de vibración completamente distinta, y entonces quedando encandilado con un eterno entrecruzamiento de posibilidades que me liberaban llevando cada parte de mi ser lejos, más lejos de lo que había llegado jamás. En la concatenación de sus lineas formando un todo que se expandía adonde quiera que mirase, irradiando desde el centro de mi ser. El tiempo en un contínuo superpuesto, y a cada bocanada una nueva grieta y desgarro para fundirme con todo lo que hasta entonces me era ajeno, ahora mío, completamente mío. Primero las almas a mi alrededor se alinearon elevándome, luego la naturaleza y el cielo mismo, todo era dentro de mí. Yo me deslizaba de un punto a otro cortando todas las cuerdas, reía, lloraba, la burbuja ya encontraba el límite de su destino. Sentía que había esperado todos esos relámpagos hace demasiado tiempo y me dejaba caer una y otra vez en mi propia divinidad. No sentí que sólo encontrara un refugio mayor, esta vez toda la realidad me abrigaba y fluía conmigo, todo lo que yo era, todo lo que podía concebir y desear abarcando cada partícula del universo. Pasé del vislumbramiento de que todo está conectado con todo a la irremisible captación de que todo "era".
Esa misma mañana contemplé el abismo en mí, brillaba tenuemente, cobijando cada momento y bordándolo en mi alma. Con una sonrisa imperceptible entendí que no tenía más miedo, que era libre de desplazarme a cualquier punto de los surcos que se bifurcan a cada momento, antes amenazantes, ahora pasando cristalinamente a través de mí.