martes, 16 de junio de 2009

El ser humano no es un animal

Cualitativo y cuantitativo
Con esta distinción me refiero sobre todo al tipo de enfoque que se utilice para estudiar un fenómeno. Las herramientas de cuantificación corresponden tradicionalmente al método deductivo, e intentan recoger en variables medibles (es decir, bajo parámetros que valgan por igual independientemente de quien los observe) la información del fenómeno estudiado. Por otro lado, las herramientas cualitativas pertenecen a una alineación inductiva, y responden a un criterio reconocidamente subjetivo que intenta dar cuenta de la complejidad de un fenómeno no susceptible de ser aprehendido con suficiencia bajo parámetros cuantificables. No hay una línea predelimitada entre qué fenómenos corresponden mejor a un estudio cuantificador y cuáles ameritan un enfoque de búsqueda de cualidades. En teoría, algunos fenómenos son más o menos cuantificables que otros, distinción basada en las diversas formas en que el ser humano puede concebir e integrar la información para a su vez modificar su conducta. Pero lo concreto es que esto suele depender de la aplicación práctica que se tenga en vista a realizar respecto del fenómeno estudiado (así como de los instrumentos a utilizar en dicha aplicación). Nada evita entonces que un mismo fenómeno sea abordado desde un enfoque u otro según sea el interés que incline a hacerlo.
Se puede decir de modo general y orientativo que los métodos cuantitativos propician aplicaciones generalizables a contextos muy diversos, y en ese sentido tienen estrecha relación con las innovaciones tecnológicas. Así, el funcionamiento de un celular, de un arma, de una vacuna, o de un nuevo combustible se adapta fácilmente a diversos contextos culturales, pudiendo desplegar en cada uno de ellos una significación radicalmente distinta, y manteniendo una variable perfectamente cuantificable: la recepción de dinero por el producto, o un número concreto de gente inmunizada, una menor contaminación ambiental, etc. En estrecha relación, estas innovaciones precisan de un método cualitativo que evalúe potenciales mercados para ubicar el producto y la mejor forma de hacerlo, o incluso para orientar la invención de un producto que todavía no existe; para captar de la manera más efectiva al target de público que se desea atraer, para diseñar el aspecto del producto, para evaluar en profundidad y en contacto el impacto de un producto o política sobre determinada franja de la población (el caso de los investigadores encubiertos de Nike que se metían en las bandas de adolescentes de EEUU para captar la "onda").
También, cuando hay una confrontación entre ambos tipo de herramienta, para llevar a cabo su objetivo, cada interés lógicamente se presenta como el mejor y más apto según las cirncunstancias y en necesario contraste y conflicto con otros, por ejemplo, en la competición por una beca, en la defensa de un producto en el mercado tecnológico, etc. Esto no comporta en sí nada de negativo, se asume hasta en el caso judicial más desfavorable un abogado que defienda los intereses del acusado. Las estructuras occidentales se basan, en muchos sentidos, en la atribución de un funcionamiento armónico posible para los sistemas que integren intereses contrapuestos, lo cual se verifica sobre todo en tres aspectos fundamentales: la política (el voto democrático y el funcionamiento parlamentario), la economía (el funcionamiento de los mercados) y la jurisprudencia (funcionamiento de un juicio con una parte querellante y otra acusada con derecho a una defensa). El funcionamiento de las instituciones científicas no es la excepción, de ahí que no pueda acusarse por puro principio a todo intento de cuantificación de un fenómeno sin a la vez criticar las bases del sistema occidental. En todo caso, sí es válido presentar mejores fundamentos de un proyecto cualitativo sobre el mismo fenómeno que prevalezca por sobre otro de tipo cuantitativo. No que necesariamente tenga que ser uno o el otro en todo momento, pero remarco la incidencia concreta de este conflicto (cuando sucede) para ilustrar cómo el actual estado de cosas respecto de lo que se concibe como cuantificable de por sí, o solo cuantificable de por sí, podría estar respondiendo a un desarrollo histórico de intereses en pugna, y no a algo dado de antemano.
Sería un error identificar a las herramientas de cuantificación con un grupo específico de personas interesadas en someter todos los fenómenos sin distinción a una cuantificación irrestricta que permita abordar la totalidad de los mismos, hacia una homogeneidad unívoca. También sería un error identificar las herramientas cualitativas con un grupo específico de individuos que condenen todo intento de cuantificación, otorgando a toda información un caracter único e irreductible, hacia una heterogeneidad absoluta. Ambas pretensiones carecen de sentido práctico y no pueden aportar al método científico nada serio. Lo concreto es que los científicos profesionales genuinos están preparados para utilizar herramientas de ambas clases según el tipo de fenómeno que se propongan estudiar (pudiendo articular ambos en un mismo estudio) o, al menos, están capacitados para reconocer cuando sus herramientas no alcanzan para dar cuenta de la complejidad del fenómeno acorde a la aplicación que buscan efectuar sobre él.

Entonces ¿qué implica un salto cualitativo?
Un salto cualitativo tiene lugar cuando en el abordaje de un fenómeno las herramientas de tipo cuantitativo se demuestran no susceptibles de explicar con suficiencia el mismo. Evito decir "sus causalidades", porque lo que busca el científico al cuantificar no es ninguna clase de causa última, sino ante todo una relación de causalidad manipulable y capaz de reproducirse experimentalmente, sea bajo los términos y la reducción que sean. Dije que todo dependía de la expectativa de aplicación, y en efecto, cuando los parámetros de cuantificación de un estudio no alcanzan para explicar el fenómeno (extraer la relación de causalidad manipulable deseada), y a su vez, esa insuficiencia se demuestra irreductible, estamos ante un salto cualitativo.

¿En base a qué se determina esa irreductibilidad?
En base a información que comporta datos sobre el fenómeno en cuestión, evidentemente conectada al mismo, sin que a la vez pueda ubicarse esta información en algun parámetro cuantificado disponible. Por ejemplo, si tenemos un vaso con agua, y nuestro parámetro es cuán lleno o vacío esté, un poco de jugo en polvo inevitablemente va a afectar el agua en su composición, densidad, color, etc, sin que nada de esto sea aprehensible desde una medición de cuán lleno está el vaso. Tal vez se trate de tanto jugo en polvo que efectivamente se registre una suba en el nivel de agua. Pero esa suba por sí misma no alcanza a explicar todo lo que pasó con el agua a partir del jugo. Estamos ante un salto cualitativo. No significa que la variable irreductible lo sea en todo escenario, eso sería negar el avance que la ciencia deductiva y la tecnología tuvieron desde sus inicios esotéricos hasta el momento presente. Lo que por el momento destaco es que, con los parámetros disponibles en un momento dado, si una información no es reductible en términos cuantitativos, el salto cualitativo implica un cambio en el enfoque del fenómeno, que derive en una aplicación más efectiva, al menos hasta que se desarrolle una herramienta, técnica o dispositivo que permita cuantificar esa información. Entiendo que una aplicación que tenga en vista esta irreductibilidad acerca del fenómeno que le ocupa será mas efectiva porque será cautelosa y derivará en una práctica consciente de una indeterminación. En cambio, una aplicación que pretenda ignorar un salto cualitativo, que pretenda pasar por alto esa indeterminación, que asuma haber reducido adecuadamente lo irreductible forzándolo a entrar en sus parámetros, será una aplicación irresponsable, menos efectiva y potencialmente desastrosa. Por ejemplo, en meteorología, si hay un escenario de probable de lluvia, el pronosticador hará bien su trabajo al aconsejar que llevemos paraguas, siendo que en realidad por la complejidad de los escenarios del clima nunca puede determinarse con total exactitud si lloverá o no (especialmente en este campo científico esto es así); si en un sistema de test de control vehicular de colisión un organismo estatal detecta una irregularidad en la deformación de la estructura de un automóvil de prueba, que se evidencia como anormal, sin que ésta sobrepase ninguno de los parámetros establecidos, los encargados de la prueba harán bien en comunicarlo en el reporte adjunto de la prueba, o llamar a su supervisor; si ante una competencia de paintball mi adversario en vez de dispararme por la espalda se precipita al piso y comienza a tener convulsiones, yo, en vez de asumir que perdió, cumpliré mejor con la dinámica del juego si interpreto que le está pasando algo potencialmente grave; si al intentar hablar con alguien que articula sonidos que no comprendo a pesar de que sus gestos indican que él si le atribuye significación a lo que articula, busco un traductor que me facilite superar el abismo cualitativo; en todos estos casos, y en muchos otros posibles que conforman parte del funcionamiento de los seres humanos en el mundo y de sus diversas maneras de concebir e integrar la información, tenemos la necesidad de reconocer un salto cualitativo, de tomar medidas que den cuenta de él, o aunque sea de la insuficiencia para dar cuenta de él como se quisiera.

¿A qué se puede deber que se pase por alto un salto cualitativo?
Hay muchas razones posibles que pueden estar presentes a la vez, incluso estrechamente relacionadas. No podemos reducir esta incidencia a un único factor. Sí podemos remarcar, algunos elementos más frecuentes que otros para tener un acercamiento general a lo que estos casos implican. En primer lugar, el dinero invertido en investigaciones que imprevistamente llegan a puntos donde no se disponen de herramientas que permitan un salto cualitativo acorde a las exigencias pautadas. En casos como éste la exigencia de la empresa asumida impulsa a los investigadores a pormenorizar esa irreductibilidad, a lo sumo a incluirla en el informe final como un escollo sin relevancia, superado sin mayores inconvenientes.
En otros casos hablamos de un orgullo o tradición institucional en juego, incluso ciertos valores morales específicos. En estos casos es posible que los propios investigadores, comprometidos en conseguir resultados que satisfagan las expectativas de lo que representan alteran intencional o inintencionalmente el correcto trato del fenómeno, aún pretendiendo después que sus resultados provienen de enfoques estrictamente científicos.
El caso anterior puede estar en profunda relación con intereses políticos definidos que manipulen deliberadamente los resultados de estudios que por alguna razón les ocupen, por ejemplo, como hizo Bush con los informes supuestamente científicos acerca de que las campañas de alerta por el medio ambiente estaban exagerando.
También podemos encontrar casos en los que una empresa o grupo económico busca colocar o mantener a toda costa un determinado producto en un mercado, sin preocuparse demasiado por los efectos colaterales que el uso o consumo de ese producto puede tener sobre su usuario o consumidor (por ejemplo, la falta de un salto cualitativo por parte de las empresas de celulares estaría cuando deliberadamente eluden toda inclinación a estudiar la incidencia del uso de celulares en la contracción de determinados tipos de cáncer).
Y también, no por eso menos importante, el nivel individual de falta de salto cualitativo, mediante el cual una persona intenta eludir la complejidad humana de su responsabilidad moral mediante intentos de determinismo reduccionista. Con este último elemento llegamos por fin a la cuestión que específicamente ocupa mi pensamiento al respecto.

¿Por qué se habla de un salto cualitativo no contemplado en el determinismo biológico acerca del humano?
Porque la conducta humana explicada desde los parámetros que sirven en menor o mayor medida para explicar la de las diversas especies de animales conocidas no se demuestra suficiente. Por supuesto, si con eso dijésemos que no se está incluyendo la completa determinación biológica del comportamiento humano estaríamos diciendo muy poco, en todo enfoque acerca de un fenómeno se recortan datos, se elige determinado tipo de información por sobre otra, y la pérdida es inevitable. Lo que implica una contradicción es que la complejidad que no se aborda en el humano con el determinismo excesivamente biológico es demasiado relevante para la aplicación que se pretende extraer del estudio del que se trate, demasiado como para pasarla por alto. Para ejemplificar, recordemos el paraguas del meteorólogo. Imaginemos ahora que ciertos aspectos de la realidad humana conforman una analogía de la lluvia, y ahora entendámonos sin paraguas en esas situaciones. Esa es la contradicción. El determinismo biológico excesivo pormenoriza la complejidad de la subjetividad humana, intentando forzarla a que cuadre con sus parámetros casuísticos y de medición, pretendiendo que puede actuar sobre el ser humano en su complejidad al tiempo que lo despoja de elementos complejos que asume que inoportunan su óptica y su tarea. De ahí toda una lista de estos elementos catalogados como irrelevantes que al ser dejados de lado, convierten al objeto que el determinismo biológico construye al fin como humano, en lo concreto en algo inhumano, algo que no es humano, que no da cuenta de la complejidad de la realidad humana. El problema reside en que básicamente la manera en que el ser humano concibe subjetivamente su realidad afecta objetivamente su conducta. El elemento que se deja así de lado está potencialmente actuando ahora en la impunidad del fenómeno, en el campo de lo no contemplado, contaminando todas las variables pretendidamente cuantificadas con exactitud científica. Esta contaminación, al ser potencial (es decir, el individuo siempre podría estar influido en la conducta estudiada por su realidad subjetiva), se vuelve efectiva por componer alguna clase de probabilidad al respecto, en base a la cual se da un resultado siempre indeterminado en cuanto a la incidencia efectiva de esa realidad subjetiva sobre la conducta estudiada. Ejemplos concretos: el individuo pudo haber desarrollado un adiestramiento en el fingimiento de ciertos rasgos conductuales aparentemente espontáneos que pasen luego como efectivamente espontáneos y predeterminados; el individuo pudo haber aprendido a controlar movimientos estadísticamente registrados como involuntarios mediante técnicas brahmanicas; entre otros. Esta mácula probabilística, que originalmente solo mencioné como "realidad subjetiva" o "historia de vida", se ve ensanchada drásticamente debido a que toda historia de vida transcurre en un marco cultural dado que compone la acumulación de sucesos históricos integrados por vía de la tradición correspondiente, implicados a la vez como causalidad por ejemplo en el orden socioeconómico que lo lleva a al individuo en estudio a acceder a un taller de expresión corporal donde se entrena en el fingimiento de movimientos "espontáneos", de ahí en más siempre entrecomillados, relativos, para lo que compone su realidad subjetiva. Por otro lado, esa historia de vida no se detiene, ni tampoco lo hace el marco cultural e histórico en que esa persona vive. De esta forma, por esa vía impune del dato "irrelevante" e ignorado ingresan al estudio biológico del comportamiento un torrente heterogéneo de factores extremadamente complejos que atentan indefectiblemente contra la exactitud de sus investigaciones en la medida en que se incluyan en un pretendido determinismo biológico, tanto más cuanto más relegados a la impunidad sean esos factores que así podemos llamar cualitativos.
Un claro ejemplo de falta de salto cualitativo y reduccionismo biológico es cuando se considera el caso de dos gemelos genéticamente idénticos que componen rasgos conductuales similares. En principio puede parecer lo más lógico y simple atribuir esa similitud conductual a la causalidad genética, tal vez su semejanza física contribuya a esa sensación de verosimilitud del principio explicativo, pero al hacerlo, se ignora que esos 2 hermanos comparten una historia de vida y convivencia que no se puede negar influyó sobre el estado actual de las cosas, siendo que sus genes probablemente indiquen ante todo la posibilidad de haberse criado juntos y estar expuestos a cuidados y cariño similares, a la vez que la observación del hermano como alguien similar físicamente a uno mismo pueda también influir en el proceso de conformación de un yo complejo, potencialmente de tipo simbiótico. Ni siquiera se puede ignorar que dos hermanos siameses comporten complejidad psicológica en la conformación de su identidad, ignorar esto es otra muestra de falta de salto cualitativo.

¿Por qué entre otras posturas, el psicoanálisis se ubica especialmente en ruptura con el determinismo biológico?
Porque adscribe a un determinismo de tipo psíquico, que considera vital la influencia de la historia de vida del individuo sobre su realidad subjetiva. Específicamente, el psicoanálisis ubica la construcción psíquica fundamental del sujeto en su infancia temprana, en la cual el niño iría sexualizando y simbolizando su cuerpo por medio del lenguaje de la madre. De esta manera, siendo la base biológica en su variabilidad cualitativamente insuficiente para explicar la variabilidad de la conducta, el principio explicativo del psicoanálisis se propone abordar esa complejidad en el mayor grado en que el paciente pueda hacerlo para su bienestar psíquico, y su instrumento de terapia es el uso del lenguaje, en la realización a través del uso del mismo del deseo del paciente, sin nunca dejar de lado el terreno de lo sexual, donde para el psicoanálisis la especifidad e irreductibilidad del sujeto se expresa en su mayor medida, y es ahí donde choca con el determinismo biológico de lo sexual. Para el psicoanálisis no es nada trivial el hecho de que esos postulados sin ser exactos se afirmen en la cultura mediante una escenificación de autoafirmación masturbatoria de la propia práctica sexual como natural, que ese abuso mismo se vea propiciado por una demanda de homogeneización de la conciencia globalizadora, ni tampoco es menos importante la utilidad con que un discurso así contribuye a desplegar la práctica sexual específica e individual sin reparo alguno de responsabilidad por ello. Muchos podrían ayudarme a mejorar este último párrafo porque están mas capacitados que yo para enunciarlo, pero, otro ejemplo de falta de salto cualitativo sería tomar los términos psicoanalíticos utilizados por mí acá y adjuntarlos a alguna observación de tipo biologicista bajo algúna connotación despectiva, en vez de admitir la incapacidad, inconveniencia o desinterés en entender esos postulados. El problema residiría en que eso dejaría en evidencia la falta de interés en comprender lo que el otro nos está queriendo decir.

Por eso pienso que toda pretensión de haber explicado las preferencias sexuales del sujeto en alguna medida mínimamente importante a través de postulados biológicos, constituye un error. Lindas maneras de sentirse irresponsable para hacer cualquiera. ¿Qué gracia tiene si no hay culpa?

Imagen: "Anonymous Atrocities", de Joel Peter Witkin

3 comentarios:

Nameless dijo...

¿En que se terminó convirtiendo este blog?

Media pila señor, que el intelectualismo no le arrebate el trono al lirismo; por Zeus, no!

Augusto dijo...

Hola Palette, soy yo Augusto, recibiste mi ultimo PM? No contestaste, por lo me quedo la duda tal vez se lleno el espacio de la casilla de correo de psi foros, no sabria decir...
No se trata en el post en el que discutis estas cuestiones si es importante o determinante o no la biologia en la conducta humana, sio mas bien preguntarse ¿que biologia? la biologia que se esta proponiendo es el darwinismo que no es otra cosa que la teoria economica de Adam Smith y Malthus llevada a la biologia, sin embargo y como yo dje al inicio del ese topic hay otras maneras de entender la biologia y estan mejor sustentadas que el darwinismo, quienes las proponen no son creacionistas sino biologos genetistas con amplia y reconocida trayectoria como Gould, Margulis, Rose, Lewontin o Sandin.
Sandin es un caso muy particular porque no solo critica al darwinismo sino que esta abocado a la construccion de un nuevo paradigma para la biologia donde la influencia de la seleccion natural es marginal e incluso ha escrito un manifiesto a favor de una nueva biologia el que ya tiene algunas adhesiones, muchos de estos biologos criticos consideran que el darwinismo es una pseudociencia, de hecho Karl Popper lo consideraba asi porque siempre se puede decir que una conducta existe porque es o fue adaptativa sin que dicha afirmacion pueda someterse a contrastacion, es por esto que muchos consideran al darwinismo una filosofia, una ideologia e incluso una tautologia que no sirve para entender los fenomenos de la vida, los biologos criticos le dan una importancia determinante al contexto social sin que por ello sus analisis sean menos rigurosos. Sandin llegara a plantear que la evolucion era un fenomeno estudiado cientificamente por lo menos cien años antes de Darwin por estudiosos como Lamark, Owen o Cuvier, pero curiosamente la evolucion no atria al publico masivo, porque la teoria de Darwin de la evolucion si logro la atencion generalizada? la respuesta es de tipo social...
Si bien Sandin es un biologo español, confio en que debe haber biologos argentinos que compartan sus cuestionamientos o descontentos con el paradima darwiniano, solo es cuestion de ir en su busqueda...

Deyvid dijo...

Interesantisimo, Palette.
Cuestiones en forma de pregunta que brotaron en tanto te leia.
Lo que voy a escribir es claro que no pretende ser definitivo. Son todas cuestiones que las pense ahora, porque ahora lei esto, y ahora lo descubri. Es un mero pensar con el teclado, en forma de borrador, con ideas que claramente seguire pensando luego de apretar "Send". Asi que, esta sujeto a los mas variados y totales cambios que quieras realizar.
Mas que nada, porque pretendo devenir, mas que plantear.

Cuando ejemplificabas escenas humanas donde habria una insuficiencia en el marco para entender la complejidad del hecho,(paintball; persona que gesticula sonidos inentendibles), ¿que es lo que motiva alli, a buscar una solucion?
¿Que es lo que motiva, en esas situaciones, a buscar una solucion, y no simplemente, irse a otro lado?
La conciencia de la insuficiencia, debiera ser un empuje a esa busqueda de soluciones que den cuenta de mi imposibilidad metodologica, siendo los jueces de todo esto, los resultados que obtengo en tanto mi metodologia siga operando.
¿Pero no es una cuestion inherente al objeto construido su complejidad?
Quiero decir, si negar los saltos cualitativos son un acto de perversion o errores, ¿la antropologia y toda explicacion cultural, (y psicoanalitica, ya que asi lo planteas), sera la solucion para responder a los salto cualitativo?
¿En que punto la antropologia habria desterrado la biologia, con estos esquemas asi planteados?
Y si lo es, ¿que garantiza que una explicacion psicoanalitica no vuelva a caer en el mismo salto cualitativo ignorado?
Este esquema tuyo, ¿solo sirve en una sola direccion?¿En la direccion que suprima la biologia y ponga encima la antropologia y el psicoanalisis?
¿Otro movimiento epistemologico iria en contra mano?
¿En que punto el parametro del resultado efectivo podria llegar a ignorar este movimiento tuyo asi planteado; en tanto este biologicismo, siga por su cuenta produciendo efectos, ignorando las quejas de la antropologia que estan ignorando la complejidad?
O sea... Si desde la Biologia, (aun desde el biologicismo ingenuo), sus resultados desde sus parametros arbitrarios, resultan ser efectivos; ¿en que punto se sigue sosteniendo los reclamos antropologicos que reclaman complejidad?
O sea... como si la Biologia pudiera decir:
"¿Y? ¿Que me importa esa complejidad subjetiva de la que hablas?En mis experimentos nada de eso se vio, ni nada de eso es problema para mis resultados"

Y otra cuestion que pense;
¿La mencion del psicoanalisis fue a modo de herramienta para ejemplificar el concepto de los saltos cualitativos?
Con esto le sacaria yo cualquier intento de salvataje teorico a esta disciplina, en este gran escrito tuyo.

Porque si de saltos cualitativos se trata, en tanto hablabas al principio de metodologias epistemologicas, por mas que Lacan y sus significantes realzen la dignidad humana para consonar con una antropologia cultural, cierto es que existen baches para llevar esto a una practica efectiva; si de terapias hablamos.

Creo que en definitiva, la episteme buscaria pragmaticidad, sea una explicacion biologica o antropologica.
Obvio que esa efectividad esta pautada por metodos de antemano, no hace falta aclarar eso. La ciencia la hacen humanos, con sus creencias y deseos, como genialmente retrataste.
Pero en tanto esa metodologia particular que anteponga el hecho de los resultados logrados como valederos, y no pueda esto separarse de la construccion de uno objeto valido y comun a varias disciplinas, y no meramente a una sola, los problemas seguiran.
¿Como posibilitar una metodologia que avale un conocimiento loable para mas de una sola disciplina creada por el hombre?

O sea, te digo todo esto, porque creo que esto no deberia terminar en una apropiacion antropologica a la biologia que termine ignorandola.
Menos en una validacion del psicoanalisis.
Porque de la ignorancia al salto cualitativo, a la ignorancia biologica, todo esto asi planteado, quedan ambas nescencias peligrosamente cerca.